Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

amorypoesias
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 OREMOS 
 POEMAS SENSUALES 
 ANTOLOGIA POETICA 
 RINCON POETICO DE YULINN 
 EROTICA PROSA 
 EMOTIVOS PENSAMIENTOS 
 LAS FRASES CELEBRES 
 ¡BUEN HUMOR! 
 SENDEROS DE REFLEXION 
 RINCON MUSICAL 
 SUCESOS DEL MUNDO 
 C A R T A S D´ AMOR 
 ENTRA AL PANEL DE MENSAJES 
 POSTALES POETICAS 
 CARTAS AZULES 
 
 
  Herramientas
 
General: Ausencia
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: reynaldo  (Mensaje original) Enviado: 26/03/2012 02:12

La tarde agoniza en gris y en el silencio de la lágrima, aún se puede escuchar el eco que dejó su aroma.

Es otra despedida, es una espera más, la espera dulce para darle la bienvenida, la espera que no tiene dolor ni rencor, ya que solo sufre aquel que jamás esperó a nadie.

Porque cuando tu mayor debilidad es el amor, te convertís en
la persona mas fuerte del mundo.

Vuelvo a mirar la silla vacía que hasta hace unos momentos se llenaba con su calor...

Y su pregunta invade mi memoria...

Y mi respuesta pronta al temor de alejarlo aún mas... se vuelve mas sincera cuando ya no está.

Y no entiende entonces mi lucha, y le sonríe a mis dudas y pone
dagas a mis preguntas.

Y por mas que su verdad a veces logra un impas en mi batalla, el sabe bien, que solo podría rendirme el día que haya vencido...

El peleó tanto para que yo me rinda, puso en mis manos sus miserias mas crueles, su indiferencia y su rechazo...

Me enseñó que la magia del primer amor, es nuestro desconocimiento de que puede tener fin, mientras me mostraba su adiós apretado en su puño.

Me dijo una vez, que la peor derrota de un amor, es cuando pierde su entusiasmo...

Que no hay que poner en juego la lealtad.

Que lograr un sueño costaba mucho esfuerzo y despertar de él era demasiado fácil.

Es una despedida sin adiós, donde no parte ningún tren.

Porque sin decir nada se fue andando despacio.

Mis manos se quedaron sin el roce de su espalda y ese lugar donde él se escondía de la furia... quedó sin la mirada de su tierna y apurada niñez.

...No sé bien como empezó, pero ésta vez voy a recordarlo, hasta encontrar el camino que una tarde me trajo hasta aquí.

Pintaré de temblor nuevamente mi esquina, esperaré la próxima lluvia, pondré una vez mas en su mesa mi vida ajena de sensaciones y apretaré en mis manos las flores que dejaré en la tumba de su rosa.

No importa el tiempo, ni el sudor, ni el dolor...

El me enseñó a seguirlo y yo... yo ya estoy caminando.

 

Colaboración de Patricia
Argentina



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados