Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

ATELIER DE ARTES CREATIVAS
¡ Feliz Cumpleaños garusita !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 CONOCEME 
 SUS NIKCS Y SUS NOMBRES AQUI PORFIS !!!! 
 NUESTROS CORREOS 
 FOTORECUERDOS, PARA CONOCERNOS MEJOR 
 fotos de los trabajos 
 Tus Creaciones 
 La Navidad del Atelier 
 El Mundo del Foami 
 DECOUPAGE, LÁMINAS, IMAGENES Y CLIPARTS 
 MASA FLEXIBLE (PASTA FRANCESA) 
 ARTE EN PAPEL, TARJETERIA DE TODO TIPO, 
 PINTURA DECORATIVA Y COUNTRY 
 PATCHWORK 
 "MUÑECOS COUNTRY, MANTA, SOFT Y PELUCHES 
 TEJIDOS, PUNTO DE CRUZ, CROCHET, TELARES 
 LAS ARTES DEL REPUJADO 
 PINTURA EN TELA 
 PIROGRABADO EN TELA, MADERA, CUERO Y PAP 
 BISUTERIA, ORFEBRERIA Y ALAMBRISMO 
 REVISTOTEKA "...REVISTAS Y LIBROS PARA C 
 FIESTAS, GLOBOS, REPOSTERIA, COTILLONES 
 VITRALES Y TÉCNICAS EN VIDRIO 
 " LA CASITA DE LOS PEQUES " 
 IDEAS PARA EL HOGAR Y JARDIN 
 SALUD Y BELLEZA, AROMATERAPIA Y COSMETIC 
 SABORES Y SAZONES DEL ATELIER 
 LA REPOSTERIA DEL ATELIER 
 POEMAS, REFLEXIONES Y MAS.... 
 ReciclARTE 
 ¿ SABIÁS QUÉ ? 
 UNIDOS EN ORACION 
 "SALON DE CLASES" 
 TUTORIALES 
 TUS CREACIONES 
 nuestro chat 
 LINKS 
 
 
  Herramientas
 
POEMAS, REFLEXIONES Y MAS....: Los 100 Días del Plebeyo
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Martha tuli  (Mensaje original) Enviado: 06/09/2010 08:08
Una bella princesa estaba buscando consorte.

Nobles y ricos pretendientes llegaban de todas partes con maravillosos regalos: joyas, tierras, ejércitos, tronos… Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo que no tenía más riqueza que el amor y la perseverancia.

Cuando le llegó el momento de hablar, dijo:
-Princesa, te he amado toda la vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. Esta será mi dote.

La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar:

-Tendrás tu oportunidad: si pasas esa prueba me desposarás.

Así pasaron las horas y los días. El pretendiente permaneció afuera del palacio, soportando el sol, los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente súbdito siguió firme en su empeño sin desfallecer un momento.

De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, que con un noble gesto y una sonrisa aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravillas, se hicieron apuestas y algunos optimistas comenzaron a planear los festejos.

Al llegar el día 99, los pobladores de la zona salieron a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, pero cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la princesa, el joven se levantó y, sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar dónde había permanecido cien días.

Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa: -¿Qué te ocurrió? Estabas a un paso de lograr la meta, ¿Por qué perdiste esa oportunidad? ¿Por qué te retiraste?

Con profunda consternación y lágrimas mal disimuladas. El plebeyo contestó en voz baja: -La princesa no me ahorró ni un día de sufrimiento, ni siquiera una hora. No merecía mi amor.

Cuando estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos como prueba de afecto o lealtad, incluso a riesgo de perder nuestra dignidad, merecemos al menos una palabra de comprensión o estímulo. Las personas tienen que hacerse merecedoras del amor que se les ofrece.

Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonas, ¿me amas más que éstos? Pedro le dijo*: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo*: Apacienta mis corderos.
Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Jonas, ¿me amas? Pedro le dijo*: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo*: Pastorea mis ovejas.
Le dijo* por tercera vez: Simón, hijo de Jonas, ¿me amas? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. Juan 21:15-17.



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: SEFORA Enviado: 07/09/2010 00:56
Gracias Martha, esta muy hermoso....

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: alvami Enviado: 06/11/2010 13:57
muy hermosa reflexion: y si es muy cierto las personas tenemos que hacernos merecedoras del amor que se nos ofrece... y muchas veces nos creemos ser tan merecedoras que no aquilatamos ese amor


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados