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De: Alicia Ibiza (message original) |
Envoyé: 09/06/2010 20:45 |
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De: xania |
Enviado: 27/10/2010 20:58 |
SONETO XLV
No estés lejos de mí un solo día, porque cómo, porque, no sé decirlo, es largo el día, y te estaré esperando como en las estaciones cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces en esa hora se juntan las gotas del desvelo y tal vez todo el humo que anda buscando casa venga a matar aún mi corazón perdido.
Ay que no se quebrante tu silueta en la arena, ay que no vuelen tus párpados en la ausencia: no te vayas por un minuto, bienamada,
porque en ese minuto te habrás ido tan lejos que yo cruzaré toda la tierra preguntando si volverás o si me dejarás muriendo.
Pablo Neruda
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De: Lesly |
Envoyé: 03/09/2022 04:00 |
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El miedo
Todos me piden que dé saltos, que tonifique y que futbole, que corra, que nade y que vuele. Muy bien.
Todos me aconsejan reposo, todos me destinan doctores, mirándome de cierta manera. Qué pasa?
Todos me aconsejan que viaje, que entre y que salga, que no viaje, que me muera y que no me muera. No importa.
Todos ven las dificultades de mis vísceras sorprendidas por radioterribles retratos. No estoy de acuerdo.
Todos pican mi poesía con invencibles tenedores buscando, sin duda, una mosca, Tengo miedo.
Tengo miedo de todo el mundo, del agua fría, de la muerte. Soy como todos los mortales, inaplazable.
Por eso en estos cortos días no voy a tomarlos en cuenta, voy a abrirme y voy a encerrarme con mi más pérfido enemigo, Pablo Neruda.
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Galope muerto
Como cenizas, como mares poblándose, en la sumergida lentitud, en lo informe, o como se oyen desde el alto de los caminos cruzar las campanadas en cruz, teniendo ese sonido ya parte del metal, confuso,pesando, haciéndose polvo en el mismo molino de las formas demasiado lejos, o recordadas o no vistas, y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra se pudren en el tiempo, infinitamente verdes.
Aquello todo tan rápido, tan viviente, inmóvil sin embargo, como la polea loca en sí misma, esas ruedas de los motores, en fin. Existiendo como las puntadas secas en las costuras del árbol, callado, por alrededor, de tal modo, mezclando todos los limbos sus colas.
Es que de dónde, por dónde, en qué orilla? El rodeo constante, incierto, tan mudo, como las lilas alrededor del convento, o la llegada de la muerte a la lengua del buey que cae a tumbos, guardabajo, y cuyos cuernos quieren sonar.
Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir, entonces, como aleteo inmenso, encima, como abejas muertas o números, ay, lo que mi corazón pálido no puede abarcar, en multitudes, en lágrimas saliendo apenas, y esfuerzos humanos, tormentas, acciones negras descubiertas de repente como hielos, desorden vasto, oceánico, para mí que entro cantando, como con una espada entre indefensos.
Ahora bien, de qué está hecho ese surgir de palomas que hay entre la noche y el tiempo, como una barranca húmeda? Ese sonido ya tan largo que cae listando de piedras los caminos, más bien, cuando sólo una hora crece de improviso, extendiéndose sin tregua.
Adentrp del anillo del verano una vez los grandes zapallos escuchan, estirando sus plantas conmovedoras, de eso, de lo que solicitándose mucho, de lo lleno, oscuros de pesadas gotas.
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Gracias Valeria por compartirlo
Besinesssssssss
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