Respeta tu singularidad y alejate de las comparaciones, que en cuanto comparas, vas por mal camino.
No te compares con nadie; la otra persona no es tú, tú no eres la otra persona.
Deja que los demás sean y relajate en tu ser.
Empieza a disfrutar de lo que eres.
Deléitate en los momentos que tengas a tu disposición.
La comparación te trae al futuro, provoca ambición y violencia. Empiezas a luchar, a pelearte, a ser hostil.
La vida no es como un producto que otros tienen y tú no.
¿Como puedo obtenerla?. Puedes tener cuanta quieras, sólo depende de tí,
nadie va a competir por ella. Igual que un jardín hermoso, tú puedes mirarlo y admirarlo.
Nadie te impide que mires el jardín.
“Las personas felices aportan algo a la existencia,
por el simple hecho de ser felices crean vibraciones de felicidad.
A la felicidad puede acceder todo el mundo;
todo el que abra su corazón tendrá acceso a ella”.
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