Cuando uno toma decisiones para hacer cosas con el otro, cosas importantes como hacer el amor, o no importantes como caminar por una plaza, o quizás tan importantes como caminar por una plaza o no tan importantes como hacer el amor, tiene que darse cuenta que son decisiones voluntarias, tomadas para hacer al lado del otro, pero no “por” el otro, sino “con” el otro.
Es importante empezar a darnos cuenta que nuestra relación con el mundo, con los demás, con el prójimo, en realidad es hacer cosas “con” los otros. Y que este “con el otro” es autónomo, que depende de nuestra libre decisión de hacerlo. Que no hago cosas por tí y que por eso no me debes nada. Que no haces cosas por mí y por eso no te debo nada. Que, en todo caso, hacemos cosas juntos.Y estamos alegres por eso.
Aprender a caminar juntos será un nuevo desafío, el del camino que sigue: El camino del Encuentro. Entonces no me quedaré dependiendo de tí y no trataré de que dependas de mí. Dejaré de transitar este espacio de intentar que me temas. Detestaré la necesidad de que me odies. Cancelaré la postura de víctima, para que nunca me tengas lástima. Y no intentaré más que me necesites. Me conformaré con que me quieras o no.
Y en todo caso, si tú no me quieres, no te angusties por mí, siempre habrá alguien capaz de quererme.