Origen de los osos de peluche.
La historia sobre el posible orígen del osos de
peluche se remota a 1902.
Cuando el presidente estadounidense Theodore Roosevelt
hizo un viaje al sur del país,
con la intención de mediar en un conflicto fronterizo entre
los estados de Louisiana y Mississippi.
Para entretener al presidente sus anfitriones organizaron una cacería;
capturaron un oso viejo,
herido y cansado al cual ataron a un árbol, para que el presidente
le disparara y tuviera un trofeo
“fácil” que llevar a casa. Roosevelt se negó a hacerlo, incidente que
fue caricaturizado por el dibujante
Clifford Berryman, teniendo su caricatura una difusión nacional.
El dibujo del periódico inspiró a
un vendedor de juguetes llamado Morris Michton a coser un muñeco:
un rudimentario osito de felpa que,
a falta de nada mejor, tenía botones en lugar de ojos.
Michton colocó el oso y la caricatura de Berryman
recortada del periódico en el escaparate de su tienda,
con la única intención de llamar la atención de los
transeúntes sobre su comercio. Al hacerlo, no sabía que acababa
de nacer el rey de los juguetes.
El oso atrajo a una multitud de compradores, tantos,
que Michton empezó a fabricar en serie
esos ositos de felpa con botones de ojos
y con el nombre de “Teddy’s Bear”
(Teddy de Theodore, en honor al presidente Roosevelt).
Al año siguiente, su avalancha de pedidos era tal que fundó
la Ideal Toy Company.
El auge del juguete era imparable;
las sofisticadas muñecas de porcelana fueron literalmente barridas
por la ternura del osito teddy,
hasta el punto que durante mas de una epoca se penso que
eran cosa del pasado.
Y hoy, más de un siglo después, niños y grandes
siguen abrazando a sus osos de peluche.