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Dieciocho mil noches
Dieciocho mil noches vienen... que no bastarán, seguro, para desgastar la lumbre de aquellos besos en vela, tiempo a favor que nos queda, incertidumbre, futuro, atardeceres y lunas, amaneceres y estrellas.
Dieciocho mil noches tuyas para soñarte despierto, para dormirte en mis brazos, para sentirme completo, luego cerrarte los ojos para escucharte los sueños, tiempo a favor que nos queda... para jurarnos eternos.
Dieciocho mil noches y algo más... para contarnos aquello que nunca nos enteramos mientras vivíamos tanto... tiempo a favor para amarnos, y descubrir que lo bello no está en el amar de prisa, sino en despertar amando.
Dieciocho mil noches quizás... que más da si es algo menos... que lo eterno está en el instante que mi boca llega tu pecho, y el por siempre está en alcanzar entre dos almas un cielo... y entre dos manos un lazo... y entre dos bocas un beso.
Beto Aveiga - Ecuador
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