Leamos Lucas 13:1-5
Cuando los judíos escuchan esta noticia, quieren saber por qué Dios había ‘castigado’ de esa manera a esos galileos. ¿Había sido por su pecado, o por el pecado de otros? Jesús les dice ‘No’. Les recuerda de otro suceso – cuando había caído una torre, matando a dieciocho personas. ¿Estas personas habían muerto porque habían pecado más que otras? Otra vez, Jesús dice ‘No’. Y a continuación dice que una muerte tan repentina nos recuerda a todos que la muerte no es nada – nada en comparación con la tragedia de morir sin Dios.
El SIDA es siempre un desperdicio trágico de vida humana. En algunos casos, la persona pudo haber tenido una conducta descuidada. En muchos otros casos, los riesgos se desconocían. Jesús nos recuerda que todos pecamos. Jesús enseñaría hoy día que la tragedia del SIDA es una advertencia a todos nosotros de una mayor tragedia futura si rechazamos a Dios.
El SIDA y la lepra
¿El SIDA es como la lepra? Las dos enfermedades son diferentes, pero ambas son temidas. Ambas pueden aislar al que
sufre de aquellos que lo rodean. El SIDA es ahora como antes era la lepra: no tiene cura. Desde la época del Antiguo Testamento los judíos consideraban a la lepra como consecuencia directa del pecado.
Leamos Lucas 5:12-16
¡Jesús sanó a este hombre de su lepra! En esos días a las personas con lepra se las expulsaba de sus comunidades. Pero la lepra era solo una enfermedad – una que ahora se puede curar.
- ¿Cómo sanó Jesús a este hombre?
- ¿En qué grado necesitan las personas con SIDA el consuelo de que se los ame y se los ‘toque con la mano’?
- ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de que las personas que tienen VIH/SIDA sean amadas y ‘tocadas’?
- ¿Qué trato reciben las personas con SIDA (o lepra) en nuestra región?
- ¿Cómo podríamos respetarlas y cuidarlas mejor?
- ¿Cómo podemos orar por ellas de una manera en que se muestre nuestro amor por ellas?
La planificación familiar
La planificación familiar es un tema muy delicado acerca del cual los cristianos pueden tener puntos de vista diferentes. Este estudio nos puede ayudar a pensar más en lo que creemos y en la actitud que debemos tener ante otros que tienen ideas diferentes a las nuestras.
Leamos Filipenses 2:1-4
- ¿Qué podemos hacer cuando los creyentes dentro de la iglesia no están de acuerdo en temas importantes? Tal vez la planificación familiar sea uno de esos temas.
- Al tomar la decisión de limitar el número de hijos dentro de la familia, ¿en el interés de quién estamos pensando?
- Si los cristianos debemos servirnos los unos a los otros, ¿cuál debe ser nuestra actitud hacia aquellos a quienes servimos?
- ¿Cómo se podrían aplicar estas actitudes dentro de una clínica o un programa de planificación familiar?
Al concluir el tiempo de discusión, leamos juntos los versículos 5 a 11. Esto es parte de un himno cristiano antiguo que nos ayuda a aprender de la humildad y el ejemplo de Cristo. Oremos que todo lo que hagamos en nuestro trabajo sea para la gloria de Dios
Las medicinas tradicionales: un don de Dios
Leemos en Génesis 1:29 que desde el principio Dios nos dio plantas como parte de nuestra vida. Nos dio plantas que dan semilla y árboles que dan fruto para que comamos. Y así es como en todo lugar – sea húmedo o seco, en tierra o mar – crecen las plantas adecuadas (Isaías 41:19).
- ¿Qué significa esto en nuestras vidas diarias y para nuestra vida sobre la tierra?
Un cuerpo que está bien nutrido es, por lo general, un cuerpo sano. Cuando comemos una dieta balanceada, los alimentos que comemos también son parte del cuidado preventivo de la salud. Además Dios nos da el uso de plantas y hierbas medicinales para curarnos física (2 Reyes 20:7; Salmo 51:7) y mocionalmente (Salmo 45:8; Génesis 43:11).
- Reflexionemos acerca de las maneras en que las personas han usado plantas, semillas y hierbas. ¿Qué consecuencias traen estos usos?
El ministerio de Jesús incluyó sanidad espiritual (Mateo 9.2) y sanidad física. Usó su poder divino (Lucas 5:17), la fe (Lucas 7:6-10; Lucas 18:42), el tacto (Mateo 8:2-3) y productos preparados, como el lodo y la saliva que usó en Juan 9:6-7. Además había ritos asociados a la limpieza y la sanidad, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Levítico 14:49-57; Marcos 8:22-25).
- Pensemos en los diferentes métodos de sanidad a los que tenemos acceso hoy día y los ritos que se asocian con ellos. Como cristianos, ¿con cuáles de estos estaríamos de acuerdo, y por qué?
Leamos Filipenses 1:9-10 y Santiago 1:5
Al pensar en el uso de medicinas tradicionales, hagamos nuestra elección después de un estudio cuidadoso y una observación profunda, pidiéndole a Dios sabiduría para ver con claridad cuáles tratamientos son los mejores, los más puros y los más inofensivos.
El Sida y la GLORIA De DIOS
En la época de Jesús muchas de las enseñanzas del Antiguo Testamento se habían simplificado demasiado, generando frases como: ‘Si uno está sufriendo, debe ser porque ha pecado.’ ¿Es cierto esto, especialmente para alguien que nace en sufrimiento? ¿El bebé que nace con SIDA realmente está recibiendo el castigo por el pecado de sus padres?
Leamos Juan 9:1-5
Los discípulos se dieron cuenta del problema. ¡En verdad este hombre no había pecado antes de haber nacido! Jesús, sin embargo, ni siquiera trató de responder directamente a su pregunta. Prefirió que sus seguidores dejaran de culpar a las personas. En cambio, debían pedir que el amor y la gloria de Dios se pudieran manifestar – aun en el sufrimiento que todos vemos hoy día. Así es como este hombre ciego no solo recibió sanidad sino que reveló la gloria de Dios en Jesús el salvador. Por lo tanto nuestra actitud hacia el SIDA no debe ser ‘¿De quién es la culpa?’ sino más bien ‘¿Qué tiene oportunidad de hacer Dios?’ La luz de Jesús se ve mejor cuando hay sufrimiento y duda. Que esta luz en nosotros brille en nuestros encuentros no sólo con personas que tienen SIDA sino también con gente que piensa que tales personas sólo merecen la condenación.
- ¿Qué dice la gente de nuestra zona acerca de las personas que tienen SIDA?
- ¿Cómo podemos mostrar nuestro amor de manera práctica?
- ¿Cómo obtenemos fortaleza espiritual del Señor para tener una actitud positiva ante los sufrimientos que enfrentamos y que otros enfrentan?
Oremos por todos los que sufren de SIDA. Pidamos que el Señor dirija a todos los que trabajan para encontrar una cura al SIDA y oremos por los que trabajan entre personas que sufren de SIDA. A/D
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Bendiciones!!!
Myriam
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