Usted es El Dedo

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"Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y
llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca"
Juan 15:16

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se cuenta la historia de un viejo y fiel diácono que
frecuentemente oraba usando la misma expresión: "Ó Señor,
toque con Su dedo todos los incrédulos." Cierta noche,
durante una reunión de oración, repitió las mismas palabras
que solía decir en todas las reuniones. De repente,
abruptamente él paró de orar. Suponiendo que él estuviese
sintiéndose mal, alguien se aproximó a él y preguntó si todo
estaba bien. "Sí," contestó él, "estoy bien. Pero me pareció
oír a alguien decirme: usted es el dedo."

La vida del cristiano que tiene una experiencia con Dios es
maravillosa. Camina en la fuerza de su Señor, sienta el
refrigerio de los atenciones del Señor y descansa bajo la
protección que el Señor le da. Nada en este mundo puede ser
comparado a la alegría de saber que Jesus, a quien abrió el
corazón, está con él todos los momentos de su vida.

el placer que la vida a los pies de Cristo ofrece nos lleva
a anhelar que todos experimenten la misma bendición.
Almejamos ver nuestros parientes, amigos más llegados,
vecinos y hasta las personas que no conocemos gozando del
mismo placer. Con el Señor habitando en todos los corazones,
la vida se volvería más bella, las flores serían más
atrayentes, las tiniebla asustadoras se transformarían en
días de intensa luz.

¿Pero lo qué hacer para que eso se vuelva realidad?
¿Esperaremos que Dios muestre su amor o nosotros mismos
transmitiremos el amor de Dios en nuestras vidas?
¿Aguardaremos que Dios visite los incrédulos para mostrarles
la verdadera alegría o nos presentaremos, en cualquier
situación, con un sonrisa en los labios, prestando
testimonio que, a pesar de las circunstncias,na presencia
del Señor hay plenitud de alegria?¿Oraremos con intensidad
por los perdidos en la expectativa de que el Señor los salve
o, despues la oración, saldremos, como "el dedo de Dios"
para tocar en los corazones incrédulos para que vean lo que
la salvación del Señor operó en nuestras vidas?

No espere por otros o que Dios haga lo que le compete hacer.
¡Usted es el dedo!

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Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet