Era nuevamente esa época, cuando Giru estaba más extraño de lo usual y se va por varios días, cuando regresa a su nido en las tierras del sur. A Mitsume siempre le había intrigado cuando su mascota se iba y regresaba luego de varios días, con cambios no tan drásticos ni visibles pero que hacían sentir que su mascota estaba creciendo.

Era la primera vez desde que obtuvo sus alas que a Giru le pasaba eso, y estaba lo suficientemente intrigada como para acompañarlo en su travesía hasta las tierras del Fuego. Alistó todo lo que creía necesario para el viaje (mucha mucha agua y protector solar), y pidió permiso para estar ausente unos días; no creyó que fuera necesario inventarse una excusa para cubrir el hecho que iría persiguiendo a su mascota por medio Imperio y por quién sabe cuanto hasta llegar a su nido en quién sabe donde y esperar a que pase algo que ni sabía qué era. Estaba segura que comprenderían. (?)
(A todo esto, ¿qué raza era Giru? Solo sabía que era un ave... De seguro el resto de windsohns querrían saber lo que era así que sí, ¡hará ese viaje por ellos también!)

Ese día, habían volado desde muy temprano en la mañana, perdiendo horas de sueño, pero ya Giru empezaba a querer irse, y Mitsume calculó que si salían a esa hora podrían llegar a algún distrito del Cardinal del Fuego para cubrirse del sol de verano. Sabía que el verano en el Cardinal del Fuego era terrible; sabía que los bosques se incendiaban y volcanes podrían erupcionar; sabía que lo mejor era viajar al lado contrario del Imperio. Pero no podía dejar a su compañero atrás.

Su ropa de siempre no sería buena para todo ese calor, así que fue con una ropa algo más fresca, una camisa con mangas cortas y de tela ligera. Aun así sentía que su piel se quemaría con el sol del Cardinal de Fuego, y como dicen que los sombreros allí son los mejores pues se comprará uno!

Alrededor del medio día llegaron al Distrito Cinco, el distrito comercial. Por suerte no se habían encontrado con tormentas de arena ni erupciones volcánicas en el camino, solo con un calor insoportable... Pero ahora podría conseguir su esperado sombrero, recargar sus botellas de agua, y almorzar algo porque ya era hora. Si hubieran volado al ritmo de Giru de seguro llegaban mucho más tarde, por eso lo llevó con ella por gran parte del viaje, así que iban a 'tiempo', y podrían tomarse esos 'desvíos'.

Llegaron a una tienda de sombreros en la esquina de un callejón, con su pequeño letrero colgante mostrando el nombre de 'Tsurumori', y luego de probarse unos cuantos sombreros encontró el que buscaba: un sombrero de paja tejida, de color turquesa, bien grande para cubrirla del sol, y con varios adornos de lazos y flores. ¡Era super lindo! Y quedaba tan bien con lo que llevaba puesto~

Ya había terminado de pagar por su nuevo sombrero, y mientras se lo acomodaba en su cabeza se descuidó, Giru volando muy rápido para escaparse.

"¡Ah! ¡Giru!" miró que el ave salía por la puerta, y esperando no haber olvidado nada en la tienda salió a buscar su mascota.

"¡¡Giru!!" afuera el lugar estaba lleno de gente que hacía que la búsqueda fuera más difícil... Pero solo tendría que buscar a un ave rechonchita revoloteando por ahí ¿verdad? "¿¡Dónde estás Giru!?" ¿Era tan urgente que se tuvo que escapar? Solo esperaba que no se pierda...

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