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De: JoKeR-MaN (Mensaje original) |
Enviado: 24/02/2011 22:45 |
[[ TEMPLO DE LEO ]]
El quinto templo del zodiaco es la casa del león dorado. Dos enormes leones de pierda flanquean entrada la entrada de Leo con una amenazadora mirada. Aioria es su guardián, cuyo puño es tan veloz como la misma luz. Un valiente caballero que sirve a Athena ¿Lograras escapár del rugido del león?
SSV
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** Mientras seiya arremete con el afan de rompedle los huesos a aioria, el leon dorado lo evita de manera magistral pero es alcanzado por el ataque desesperado de marín tal cosa desata la ira del leon y contraataca hacia ella que valiente utiliza su propio cuerpo como escudo protegiendo a su pupilo, ella cae y su grito lleno de desesperaciòn llegan a los oìdos de seiya quien lo ve todo, sus ojos presencian tal acto atroz, momentos el cuerpo de marín cae con suma violencia despojado de sus sentidos... Seiya no pudo hacer otra cosa mas que atestiguar tal acto de cobardìa, pero aùn asì continua incrementando su cosmos el cual le permite continuar moviendo sus extremidades de manera intuitiva en el momento en que ella finalmente termina de caer contra un rincon, es en esa milésima de segundo en que la mente seiya se encuentra a un paso de la ira, sus sentidos se agudizan y asì sucesivamente hasta que finalmente su sentido de la intuiciòn se aclara mas allà de sus propios pensamientos logrando en ese instante la concentraciòn total la cual le permite elevar su cosmos hasta el infinito logrando que en aquella centésima de segundo que su propio cosmos se haga uno con el universo fortaleciendo de manera espiritual su aura la cual alcanza el septimo sentido el cual vas mas allà que el de un caballero dorado ordinario "¡¡Jamas te perdonarè esto!!" es en lo ùnico que piensa en ese momento mientras que de un reflejo intuitivo atrae toda esa masa cosmica hacia si mismo, cientos de miles de nebulosas se concentran en la humanidad del caballero de bronce que al instante emite un destello similar a la de una supernova la cual despide una gran presiòn atmosférica que incrementa la velocidad de las particulas cosmicas, las cuales toman la forma vientos huracanados de tal magnitud que en ese instante crean un gigantesco tornado de dimensiones sobrenaturales en el cual se adentran centenares de energicas nebulosas fortaleciendo la magnitud de semejante fenomeno que asciende hasta el techo de la quinta distorsionado su interior cuyo epicentro cae directamente sobre la humanidad del joven pegaso que en ese utiliza toda la sapiencia que su maestra le enseñò para extender una vez mas sus brazos y asì levantar una vez mas su frente. fija su mirada en aioria en el momento de ejecutar su tècnica mas poderosa y definitiva - ¡¡Dame tu fuerza Pegaso!! - exclama con furia en el momento en que arremete en contra del caballero dorado, la humanidad desaparece en una impactante imagen de la mitologica bestia quien se hace presente con sus enormes alas que se abanican provocando que el caballero de bronce alcance la velocidad de la luz directamente sobre el escenario en donde aioria disputa su ùltima tecnica sobre marín liberando cientos de incontables rayos de luz con la intenciòn de impactar cada punto vital de la humanidad de aioria con el fin de hacerlo pagar por lo que hizo. **
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**Mientras Seiya parloteaba furioso, en el rostro de Aioria una cruel sonrisa se dibuja a pesar de sus heridas. Solo pudo decir para sí mismo –Dos derrotados… Uno por asesinar…- Pero la ira del Pegaso no era común. A pesar de no haber tenido batallas anteriores, y haber hecho poco en esta, lanzaba meteoros a la velocidad de la luz, incluso superiores a los de su maestra Marín. Aioria solo logra voltear antes de que los miles y miles de azulados golpes impactaran en su cuerpo y lo lancen como muñeco de trapo en contra de una de las múltiples paredes de la casa de Leo, destrozándola. Incluso su armadura dorada, las más resistentes de todas las 88 constelaciones, mostraba signos de batalla por estos y los anteriores meteoros. °° Este no es el mismo Seiya que enfrenté en Oriente…°° piensa el de Nemea después de haber sido golpeado. De no haber sido por la armadura dorada, el griego probablemente hubiera muerto. Pero no. Lentamente, y tambaleándose se levanta con aquella diabólica expresión en su rostro, mientras escupe sangre al piso y se siente de un dolor en su abdomen. Algunas costillas rotas, tal vez. Entonces, comienza a aplaudir un poco mientras dice –Muy bien Seiya… has logrado, por un instante, alcanzar la velocidad de la luz…- Y entonces pierde la sonrisa, y sus ojos tan rojos como el infierno se clavan en el caballo alado con rencor, mientras su cosmos furioso se aviva y lo ilumina de pies a cabeza -¿Pero qué piensas hacer ahora que tu maestra ha sido derrotada? Tu no cuentas aún con el séptimo sentido, tu velocidad es inferior a la mía, al igual que tu poder y tu armadura…- Y entonces, tras una dramática pausa, dice entre risas –Estas perdido…- Y, esperando que Marín y Asterión se quedaran en el piso, Aioria nuevamente se lanza al ataque, a pesar de sus heridas. –Compara tus meteoros con mi ataque… ¡¡Plasma relámpago!!- Y de nuevo, de su puño, incontables rayos de luz dorada salen disparados buscando a Seiya e impactarlo por todo su cuerpo, formando una red de golpes de la cual el pegaso probablemente no podría escapar. ¿Sería este el fin de la triada de caballeros fieles a Athena?**
Nota: Cuida tus turnos Seiya. No llevas mucho en la batalla, y ya lograste la velocidad de la luz; cosa que ni Asterión ni Marín lograron. Espero no tomes esto a mal, y solo para dar realismo a nuestra saga que al fin, es para todos. Gracias.
Atte.
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**El santo de plata se mantiene analizando la mente de Aioria mientras sigue batallando, su memoria se abre y ante Asterion aparece la imagen del mismo Arles malévolo golpeando a Aioria con el Satán Imperial, sus palabras son claras al escuchar que solo la muerte le liberaría del poderoso ken. Ya no hay dudas en la mente de Asterion quien puede ver que el santo de Leo esta a punto de lanzar un poderoso ataque contra de Seiya. El cosmos del santo de Canes se incendia de un momento a otro, con esfuerzos se pone de pie a espaldas de la batalla, Aioria alza el puño a la vista del santo quien reuniendo sus últimas fuerzas pasa como una ráfaga mientras el destello del ken de Aioria resplandece por todo el templo. Tal vez sería inminente el ataque contra Seiya, pero algo sucede, los relámpagos del León dorado no llueven sobre del santo de bronce, frente de él se encuentra Asterion de Canes Venatici, una sombra frente al resplandor dorado de Aioria, este se coloca entre el ataque y su objetivo. Lo único que en ese momento se oye es el solvido de los rayos y los gritos de Asterion a la vez que su armadura de plata cruje y se deshace ante el ataque. Pronto el escenario entraría en un breve silencio cuando el santo de plata cae al suelo maltrecho y moribundo. -Solo... la muerte de... del enemigo, librará a Aioria... del maleficio...- Asterion pausa su bociferación dolosa para escupir sangre mientras sus ojos se van apagando -Aioria... no te sientas culpable... Seiya, Marin... por favor no dejen que Arles cumpla con sus objetivos...ggghhrr...- Tras pequeño espasmo, los ojos se Asterion se apagan igual que su cosmos, su corazón deja de latir dentro de su cuerpo tendido en la casa de Leo.**
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**El maltrecho pero valiente santo de plata se había lanzado como escudo humano ante el rugido de Aioria. Y, tras ver como la vida abandonaba el cuerpo desgarrado de Asterión, el trance comienza de nuevo en la mente del león. Un tremendo dolor regresa a su cabeza, que lo hacer arrodillarse de nuevo, mientras lleva su diestra sobre su cabeza y abre sus ojos como platos. Algunos gruñidos escapan de su boca, mientras sus ojos; antes rojos como el infierno, regresaban al verde esmeralda que los caracterizaba. Y pronto, los gruñidos y el aparente dolor terminaron. Aioria se pone de pie lentamente, ya no con el rostro de un demonio, sino con el de el valeroso guerrero dorado de Leo. Sus ojos verdes se postran sobre el cadáver del de Perros de Caza, mientras una mueca de remordimiento y tristeza se apodera de su rostro. –Lo siento mucho, Asterión…- balbucea el dorado, mientras solo un par de cristalinas lágrimas recorren sus mejillas. Avanza con pasos melancólicos hacia el cadáver, mientras se quita su blanca capa de seda y la coloca sobre Asterión, cubriéndolo por completo. °°Tu sabias que pasaba conmigo, ¿No es así, Asterión? Ofreciste tu vida para salvarme a mí, y al resto de los caballeros de la esperanza… Nunca te olvidaré amigo, y te juro vivir una vida de la que te hubieras enorgullecido…°° piensa para si el dorado mientras se arrodilla junto al cuerpo de uno de los más valientes caballeros de Athena. Como no podía controlarse y solo la ira lo guiaba. Como asesinó sin piedad al santo de plata, y golpeó cruelmente a su amada. Todo por culpa de aquel malvado maestro impostor. Entonces, limpia las lágrimas de sus ojos y mira con orgullo a Seiya, exclamando con fuerza -¡Seiya! No tengo tiempo de explicarte que sucedió aquí pero debes seguir adelante y derrotar al gran maestro… ¡Por Athena!- Aioria espera que el pegaso entienda que no era él el que combatía en Leo, y que ahora regresaba a ser el fiel santo dorado que siempre fue. El corazón del santo de oro es azotado por la tristeza, pero no podía quedarse lamentándose en su propia miseria. –¡Date prisa Seiya! No debemos desperdiciar la vida que Asterión ofreció…- Y con ese último comentario, el dolor lo besó una vez más. –Ve a la casa de Virgo… Pero déjame advertirte sobre los santos de oro, en especial del guardián del sexto templo… Su poder es incomparable… Es verdad que has rozado el séptimo sentido en esta casa, pero para derrotar a los caballeros dorados restantes deberás dominarlo y hacerlo tu aliado… Pero ahora debes ir a Virgo… ¡Ve Seiya! Yo me quedaré con Marín y la curaré- Entonces regresa su mirada a la derrotada dama que en el piso se encuentra, y se acerca rápidamente a ella, arrodillándose junto a su cuerpecillo. Extiende sus manos, llenas de aquel cosmos dorado; cálido y brillante y lo acerca a su desnuda espalda; esperando mejorar aunque sea un poco su condición. Ya no era el cosmos violento, agresivo e iracundo de antes, sino uno curativo. Aioria esperaba que Seiya hubiera ya salido de la casa, y ahora él se concentraba en curar a la amazona de Águila. La batalla por el templo de Leo había terminado.**
Nota: Doy por terminada la batalla en la casa de Leo, y por eso alteré el orden de los turnos. Seiya, puedes pasar por aquí.
Atte.
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** Al descubrir el secreto oculto en lo màs profundo de la mente del leon dorado, finalmente asterion sacrificò su propia vida al interponerse entre seiya y el ataque rabioso de aioria quien segundos despues de la muerte de asterion, volviò en si arrepintiendose de todo lo hecho hacia quienes luchan por el amor y la justicia... El caballero dorado se mostrò dolido por lo sucedido y de inmediato socorre a marìn a la vèz en que advierte a seiya. Este ùltimo siente una sensaciòn de impotencia al no haber podido evitar la muerte de asterion asì como los ataques sufridos por su mentora, seiya cierra ambos puños mientras gira su cuerpo hacia la salida - Maldito arles... pagaras por esto... te voy hacer pagar por todo. - sentenciò mientras inicia su carrera hacia la salida de la quinta casa mientras expresa lo siguiente - ¡Aioria... Marìn, les prometo que el sacrificio de Asterion no serà en vano! - sentenciò nuevamente al llegar a la salida, y la crusa avandonando la casa de leo rumbo a la sexta casa en donde sus amigos deben estar peleando. **
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**La joven amazona aun en desmayo por las heridas causadas por el caballero de Leo, inconsciente en un rincón del templo, con la espalda descubierta y llena de sangre por el ataque anterior, no puede saber todavía que es lo que ha pasado, en el sueño profundo en el cual se halla desvanecida, se observa a si misma en el campo de entrenamiento del Santuario, una muestra de preocupación se muestra en la amazona que no deja de mirar el coliseo, en su sueño, ve como se acerca el caballero dorado de Leo, con una expresión de serenidad le pregunta que es lo que le pasa, a lo cual ella responde que no es nada, Aioria conociendo bien a la amazona advierte que no podrá engañarlo porque la conoce muy bien, una muestra se sonrisa se dibuja en el rostro de la femenina cubierto por la mascara platinada, a punto de contarle sus penas, fija su mirar en esos hermosos ojos amorosos, pero para su sorpresa, el sueño era una pesadilla, pues observa como sin piedad ni remordimiento alguno es atacada ante su sorpresa con el Plasma Relámpago, como si lo disfrutara, un grito de dolor es emitido por la joven ante tal reacción de aquel que siempre quiso con ternura, “No puede ser, Aioria nunca actuaria así, no puede ser” menta la joven en un momento de desesperación mientras su cuerpo parece ser muerto de inmediato, al salir de ese mal sueño se observa en los brazos de su amado, con cierto miedo por lo pasado, observa de nuevo sus ojos, que han vuelto a la normalidad y ese cálido cosmos que siempre lo caracterizo, no aquel que osó atacarla, un Aioria cambiado, el que siempre fue, -Aioria- dice sin poder creer aun lo que esta pasando, intentando levantarse del suelo, emite un quejido de dolor por las heridas, intenta entonces levantarse con ayuda de aquel, observando el entorno, divisa que Seiya no esta por ningún lado, aun mas, un ser, uno de sus compañeros que ha llegado junto con ella hasta el templo de Leo esta cubierto por la túnica blanca del León, -Ese es, no puede ser- dice tratando de alcanzar su objetivo, unas lágrimas se divisan salientes de la máscara de la joven, ahora desea saber quien es el que esta ¿muerto?**
[No me interesa pelear contigo, si me dejas pasar, perdonare sus vidas] |
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**Seiya había partido ya del templo de Leo, y ahora entre el cálido cosmos del león y sus poderosos brazos, Marín despertaba. El remordimiento sigue golpeando el corazón de Aioria, cuando escucha los sollozos de la amazona de águila al ver el cuerpo sin vida de Asterión. Con una voz quebrada, y sin mirar a los ojos a su amada, el santo de Leo explica lo sucedido –Sacrificó su vida por salvarme… Me encontraba bajo una diabólica técnica de Arles, obligándome a actuar así… Y Asterión lo supo atreves de sus poderes mentales… Solo asesinando a alguien regresaría a la normalidad…- Y entonces, aprieta los dientes un poco y cierra sus ojos con dolor –Y el se sacrifico a sí mismo para romper el hechizo… Y para salvarlos a todos de mí…- El santo de Leo abre sus ojos esmeralda, pensando °°Asterión… Tu muerte no será en vano…°° Entonces el león de pone de pie, intentando ayudar a su amada. –Marín- dice Aioria –Estas muy herida para seguir en esta batalla… A pesar de que mi cosmos te sanó un poco, no estás en condiciones de pelear… Por favor, quédate en este templo de Leo a descansar… La batalla contra los santos de oro no es cosa fácil y en esas condiciones, morirás… Y yo no puedo permitirlo…- Entonces calla, mientras da media vuelta y avanza lentamente al cadáver del perro cazador el cual carga entre sus brazos. –Lo mejor será ir a enterrar el cuerpo de Asterión… Dejémosle las batallas a los caballeros de la esperanza… Athena está de su lado… - Y entonces calla, mirando con pesar el rostro de Marín, esperando su respuesta.**
Atte.
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**Márin intenta incorporarse sujetándose de su amado, vertiendo lagrimas debajo de la mascara, “No puedo negarlo, me duele mucho” emite unos quejidos de dolor acompañado de la debilidad de la joven, pero se siente mas abrumada al oír aquella verdad de los labios de aquel, “Asterion se ha sacrificado, ya veo, todo fue por culpa del hechizo que cayo cobre Aioria” se encorva apenas pudiendo sostenerse en pie, responde entonces: -Entiendo Aioria, me quedare por un momento, cuando recupere fuerzas continuare- , observa como Aioria se lleva el cuerpo sin vida de Asterion y mentaliza, “Asterion, tu sacrificio no será en vano”, la amazona del Águila se cubre con ambas manos, flexiona ambas piernas y se sienta aferrándose a uno de los pilares de la casa de Leo, bajando la cabeza esperando que su dolor pare para continuar luego en la batalla de las doce casas y en contra del malvado Patriarca**
[No me interesa pelear contigo, si me dejas pasar, perdonare sus vidas] |
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**el
caballero de los comienza a ascender las escalinatas hacia el templo de leo
donde hace unos momentos se ha sentido una ruda batalla y gran elevación de
cosmo-energia al igual que siente el cosmos de alguien extinguiéndose al punto
de la muerte, y de tal manera acelera su paso hacia su destino hasta llegar al pórtico
del quinto Partenón adentrándose en el hasta llegar a donde el león dorado y Marin
y observando un cuerpo tendido en el suelo
–Marin….¿que paso, donde esta Seiya,
quien murió?—deja salir todas esas preguntas de golpe mientras observa al
santo dorado y comienza a aglomerar su cosmos en su interior haciendo quela
temperatura comience a descender, --apártate,
yo me encargare de el…-- dice el joven de los hielos en un tono molesto**
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**Un nuevo santo de bronce, el de la constelación de Cignus, arriba al templo de Leo. Y, sin esperar mucho, eleva su cosmos haciendo bajar la temperatura del lugar y amenazando a Aioria, quién aun carga en sus brazos el cuerpo de Asterión. -¡No es momento de tus desplantes tontos e infantiles, Hyoga!- exclama autoritario el león, mientras postra sus verdes ojos sobre el rubio, frunciendo el ceño. Un aura dorada y poderosa comienza a rodearlo, haciéndole notar la diferencia de poderes entre ellos al cisne. –No hay tiempo de darte explicaciones… Debes alcanzar a Seiya y a los otros que ahora pelean en Virgo. Además… -dice en un tono casi susurrante –Camus te espera…- Entonces tranquiliza un poco su indomable aura dorada. –La muerte de Asterión es mi pecado… Tu debes luchar en las siguientes casas… ¡Vete Hyoga!- dice el de Leo, mientras espera que el cisne pase esa casa de Leo, pues en el onceavo templo su maestro le aguardaba. Aioria tiene sus esperanzas puestas sobre aquellos jóvenes guerreros, cuyos corazones tiene un poder escondido que ni los mismos caballeros dorados conocen. **
Atte.
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**Luego de emitir aquellas palabras confirmando que se quedara en el templo de Leo, Márin se agacho para poder descansar un poco sosteniéndose en uno de los pilares aun muy herida por la furia del León Dorado, nuevos pasos se escuchan en el interior del templo, alerta, su vista se dirige hacia el nuevo visitante, pero al observarlo confirma que es un aliado, otro caballero de bronce como su alumno Seiya, solo se limita a observar sin emitir palabra alguna, el cual no sabe las cosas que sucedieron en el templo, aun así, Aioria tiene razón, el tiempo es corto, y hay que seguir por Athena entonces dice; -Hyoga no te preocupes por mi, sigue adelante no te detengas- emite un quejido por el dolor. –En breve yo los seguiré- vuelve la mirada a su amado, muchas palabras, muchos sentimientos que ella quisiera expresar hacia el, "Aioria" pero nuevamente como siempre desde que lo conoció callo, no se atrevería a expresarse, pues antes que todo era un santo femenino, y su primer deber primordial es proteger a Athena**
[No me interesa pelear contigo, si me dejas pasar, perdonare sus vidas] |
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**el
caballero de los hielos escucha el nombre de su maestro quedando boquiabierta
pero se recupera de ellos rápidamente para posteriormente asiente con la cabeza
y sin más palabras sale del templo de Leo sin mirar atrás con solo un objetivo
en la mente….Llegar con su maestro Camus el caballero de la constelación de
Acuario acelerando cada vez más su paso hasta salir de dicha vivienda “maestro Camus…” menta l caballero
tristemente**
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**Al ver el cuerpo de la agotada Marín apenas sosteniéndose de unos pilares, el corazón de Aioria se estremece con tristeza. Con gentileza coloca el cadáver de Asterión sobre el piso, ara acercase a su amada. La toma entre sus fuertes brazos, y la carga a la parte más recóndita de la casa de Leo: los aposentos de Aioria. Y, sobre una cómoda cama en acabados de oro, el santo del león coloca con gentileza el cuerpo de su amada para que descanse. °°Lo lamento mucho, Marín°° piensa ara sí el quinto caballero de oro °°Eres muy valiente y tu cosmos ah crecido incalculablemente… Pero ahora debes descansar…°° Es ahí donde deja a Marín. Aioria piensa darle un gentil beso, pero no se siente digno. Entonces, da media vuelta y regresa a donde el cuerpo de Asterión lo esperaba. –Vamos, amigo. Te daré el entierro que un verdadero santo de Athena como tú se merece…- Carga nuevamente el cadáver del caballero de plata entre sus brazos, y comienza un camino hacia el cementerio de santos donde sería el último reposo de uno de los más valientes guerreros de Athena: Asterión de Canes Venatici.**
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**El santo femenino de plata que ha sido herido por la furia del León de Nemea, trata de reposar en un de los pilares de la casa de Leo, estando débil y herida la joven siente como aquel se acerca y la lleva a un lugar desconocido para ella, mas no teme porque tiene su confianza puesta en el, ya no dice mas, pues teme herirle con sus palabras, “Aioria, tu siempre tan gentil” menta mientras siente como es dejada ahí, entonces se entrega al sueño reparador, si Márin deberá descansar, pues mas penalidades y dificultades la esperan, pero por el momento, reposa en el templo de Leo**
[No me interesa pelear contigo, si me dejas pasar, perdonare sus vidas]
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**La Camaleón Juné recorre los templos lo más rápido que puede para llegar a encontrarse al fin con su amigo Shun y con su maestro Albiore, ya salio de la casa de Cáncer, “Al parecer el guardián de cáncer fue derrotado” menta la joven sin parar de seguir corriendo, “Cada vez estoy más cerca de llegar” a lo lejos observa las bases del templo de Leo, y es cuando se detiene súbitamente, -El quinto templo pertenece al caballero de Leo- dice al tiempo que azota su látigo en el suelo provocando polvadera por el lugar, -Hay un cosmos, puedo sentirlo, ¿será un enemigo?- se inquiere a ella misma, agarrando su arma en dos manos lo aprieta fuertemente, “No debo perder más tiempo” piensa ahora, y se dispone a seguir, -Maestro, Shun, ya no me esperen más, cada vez estoy más cerca de mi destino- y con esas palabras se dispone a seguir con ágiles pasos hacia el dicho templo**
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