**En las profundidades del océano se hallan ocultas las calles de una ciudad submarina de fuertes edificaciones de mármol, de las cuales algunas se hayan cubiertas de algas y que a la vez parecen estar en ruinas, en el centro de esta ciudad se ve una gran edifico de mayor tamaño al de los demás y en cuya cima se postra una gran estatua del dios regente de esta apartada metrópolis que porta sobre su cabeza su corona, a la vez que con su diestra levanta su imponente tridente y su zurda se poza sobre su cintura, a la entrada de la metrópolis un joven de azules cabellos entra lentamente avanzando directo hacia el gran monumento del emperador de los mares, en busca de llegar a este mismo a la vez que piensa ¨esta debe ser la Atlántida donde el dios Poseidón tiene a Athena apresada, lo mejor es que acabe de una vez con esto¨ tras este pensamiento el santo eleva su cosmoenergía la cual se manifiesta cubriendo el cuerpo del mismo con una rojiza aura a la vez que el hombre continua su avance sin cesar con su mirada puesta directamente en la gran estatua de granito del dios del mar**

**Al escuchar la voz proveniente del marino de claros cabellos el joven detiene su avance y voltea hacia la derecha de su posición, de donde cree que proviene la voz del marino para luego mirar seriamente en esta dirección y decir de la misma forma –no entiendo como es que tienes el descaro de preguntarme por algo como eso, pero si tanto te molesta la curiosidad… solo estoy aquí por mi diosa, si tienes algún problema con eso adelante trata de detenerme- a la vez que el santo se irgue en posición de combate al separar sus piernas entre si, con su pierna derecha frente al resto de su cuerpo y su pierna izquierda flexionada un poco mas atrás, mientras que el brazo derecho del japonés se inclina en una posición de 90 grados con su puño cerrado y con su zurda cerrada a la altura de su torso, siendo el caballero ateniense cubierto por su ardiente cosmos esta vez aun mas potente**

**Sin importarle lo dicho por el marino general el joven santo responde serio –si buscas detenerme te sugiero que lo hagas pronto, no tengo tiempo para ti… y si tratas de compararnos con los santos dorados te sugiero que eleves tus expectativas, no importa que caballero ateniense retes no hallaras mas que tu fin- tras decir esto el muchacho se mueve rápidamente a la velocidad del sonido hacia donde se halla el marino general, rompiendo así su posición de combate al desplazarse sobre el suelo de las ruinas de la submarina ciudad con rápidos pasos que no pueden ser vistos normalmente, mientras su puño parece cubrirse de una intensa llama rojiza a la vez que el hombre dice fuertemente seguro de impactar en el estómago del marino que a su vez se cubre por sus brillantes escamas naranjas y doradas –SIENTE EL PUÑO DEL FÉNIX MARINO DE POSEIDÓN-**

**Tras enviar su ataque a quien parece ser el marino de Poseidón el hombre se detiene frente a la ilusión del cuerpo del mismo, desvaneciéndose la misma frente a sus ojos que luego de esto ven como varias imágenes del general al servicio de Poseidón que se mueven simultáneamente al tocar una dulce melodía que parece venir de todos lados y de ninguno a la vez tras lo cual el joven santo detiene su movimiento cerrando sus ojos y pensando ¨no puedo siquiera pensar en usar mi vista para hallar al verdadero guerrero del mar, mi oído podría funcionar… pero debo concentrar mi cosmos para ampliar mi escucha¨ tras esto el santo concentra su cosmos en sus oídos como había mentado antes, luego abriendo sus ojos de nuevo y enviando su mirada hacia uno de los tantos Sorrentos que se encuentran alrededor suyo, y el cual se para sobre una pila de los escombros de la mítica y antigua ciudad, tras lo cual el caballero de bronce le dice a este seguro de haberle encontrado –ya ríndete marino tu truco no me engaña este es tu fin- mientras espera por la respuesta de aquel a quien ve**

**Tras oír la negatoria del marino el santo responde un poco decepcionado de su error –bueno… parece que me equivoque- a la vez que su mirada se oculta al inclinar su cabeza hacia el suelo, pero pudiendo verse en su cara una sonrisa, luego volviendo a levantarla y con seguridad dice –pero no por algo tan insignificante creas que me vencerás-, pero luego siendo interrumpido en sus movimientos por la melodía del general, que poco a poco se vuelve mas ruidosa, entrando hasta los oídos del santo de bronce que al oírlo mueve sus manos hasta sus orejas con la intención de evitar que la molesta música entre en su mente, pero siendo esto inútil frente a la mortal sinfonía que lentamente destruye su mente hasta dejarle rendido e incapaz de seguir en combate solo pudiendo manifestar su dolor mental mediante ruidosos gritos de dolor –AAAHHHAAAAHHHAAAHHH- que salen desde la boca del caballero y que pueden ser a la vez escuchados por el hombre de celestes cabellos que se oculta entre sus tantos cuerpos ilusorios, pero estando solo uno real**

**Incapaz de moverse, de ingeniar como escapar de la trampa sonora de su enemigo el santo no puede mas que retorcerse en dolor a causa de la ruidosa y bella melodía que le atormenta, a la vez moviéndose sin control por toda la ciudadela submarina hasta detenerse contra los gruesos muros y escombros de granito, pero continuando chocando sin control hasta en algún momento luego de mucho despertando inconscientemente el poder que solo algunos cuantos en el mundo logran adquirir, pudiendo con esta gran fuerza casi mágica contrarrestar en parte la melodía mortal del marino, y siendo capaz de moverse con dificultad sobre sus rodillas y con sus manos hacia donde puede ver borrosamente a un hombre tocando una dorada flauta y que a la vez puede distinguir por una capa ondeante sobre sus hombros, siendo a la vez cubierto por una rojiza aura aun débil, pero de gran potencial oculto en sí mientras que con una voz débil expresa silenciosamente esperando que aquel hombre de clara cabellera azul le escuche –no me rendiré tan fácilmente- apenas siendo capaz de mantenerse sin caer en el suelo nuevamente**