Un día como el de hoy, pero del año 1986, se conoce la noticia de que el Presidente estadounidense Ronald Reagan, había autorizado la venta secreta de armas a Irán (durante su guerra contra Irak) para poder financiar a la “contra” nicaragüense en su obsesión por derrocar al Gobierno sandinista. Las relaciones entre Irán y EEUU todavía se encontraban estancadas a raíz de la toma de la Embajada en el año 1979. Pero hacía falta financiamiento, porque no se podía disponer legalmente de los dineros del Tesoro estatal para seguir ayudando económicamente a los terroristas contrarrevolucionarios nicaragüenses (Contras). En Nicaragua se consolidaba la Revolución sandinista, que era vista como un peligro para los intereses de los norteamericanos en el área. La CIA, entonces, había urdido un plan con operaciones encubiertas para desprestigiar, desestabilizar e invadir al pequeño país centroamericano. Para ello, Ronald Reagan y su entorno, no dudaron en recurrir al tráfico de armas y al tráfico de drogas para conseguir el dinero necesario que permitiera equipar y mantener al ejército mercenario de los “Contras”. La operación “Escudo Sólido” sería el golpe final de esta guerra sucia. Pero la invasión se canceló a raíz de la captura, durante Octubre, de Eugene Hasenfus (colaborador de la CIA), en territorio nicaragüense, que dió las primeras pistas del escándalo "Irangate", el cuál, reventó un mes después, sacudiendo las entrañas de la Administración Reagan.