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 N avidad, Navidad, qué alegría, siento yo en mi corazón,  
       porque recuerdo aquel día cuando nació mi Señor. 
A los pastores del campo un ángel les anunció:  
“No temáis, os traigo nuevas vuestro Mesías nació.” 
V inieron sabios de Oriente guiados por una estrella,  
a adorar a Jesús Niño porque es Dios de cielo y tierra. 
I nocente, dulce y puro es mi querido Jesús. Admirable,  
Consejero, el Príncipe de la luz. 
D ame, Señor de tus fuerzas para amarte cada día y decir  
por todas partes que aquel Niño es el Mesías. 
A quel Niño del pesebre más tarde fue despreciado,  
y colgado en una cruz allá en el Monte Calvario. 
D ios único y Soberano ayúdame a serte fiel,  
para que al fin de esta vida tu rostro yo pueda ver. 
  
  
  
  
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