Oración
Padre, la boca se nos llena de cantares y el corazón rebosa de alegría, 
porque se acerca el nacimiento de tu Hijo, 
que levantó del sueño a los pastores y sobresaltó a los poderosos.
 Pero sobretodo llenó de gozo a su Madre María, 
que había vivido un adviento de nueve meses. Ella, 
sencilla como la luz, clara como el agua,
 pura como la nieve y dócil como una esclava concibió en su seno la 
Palabra. Concédenos que, a imitación suya, seamos siempre dóciles al 
evangelio de Jesús y así celebremos en verdad de fe la Pascua de su nacimiento.
 Por nuestro Señor Jesucristo.