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Nacimiento de Jesús 
  
Media la noche, todo está en calma, 
todo sumido en oscuridad; 
Las calles del pueblo están solitarias, 
el aire está lleno de fría humedad. 
  
Allá en un pesebre en Belén de Judea; 
descansa en la yerba la virgen María; 
su rostro refleja cansancio y tristeza, 
mas la vence el sueño y cae rendida. 
  
De pronto María de placer se estremece 
y sus suaves manos abrazan un niño, 
José mira al cielo, una luz aparece 
que alumbra al infante con tierno cariño. 
  
Un buey, una mula, contemplan al Niño 
y tiemblan al ver tan grande milagro; 
el buey se arrodilla y está silencioso 
la mula se inclina ante el Niño Santo. 
  
Una estrella brillante alumbra el pesebre 
anunciando al mundo que nació el Mesías; 
la naturaleza canta, ríe y danza, 
Ha nacido Cristo, todo es alegría. 
  
Cerca del pesebre, varios pastorcitos 
guardaban vigilia ante su ganado; 
al notar, la estrella, se asustan y gritan, 
pero un ángel les dice: "No temáis, hermanos". 
  
"He aquí os doy nuevas de gran gozo, 
de gran regocijo a todo Israel: 
Ha nacido hoy Jesucristo Dios 
en esta bendita ciudad de Belén". 
  
Los pastores inclinan su rostro en silencio 
y salen a ver al Niño Jesús; 
Allí se arrodillan, y todos adoran 
rodeados de una clarísima luz 
  
¡Gloria a Dios en las alturas 
reine en la tierra paz,  
y para todos los hombres 
haya buena voluntad! 
  
 
   
Así dice Ana Picart sobre este poema en la introducción de su poemario "Cosas": 
"A los nueve años escribí  un poema sobre el nacimiento de Jesús.   
No sabía nada de métrica.  Los versos salieron largos, largos.  
Catorce estrofas.   
Pasado el tiempo sobrevivieron nueve.  
Y las incluí aquí, porque son el inicio de Cosas". 
  
  
  
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