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TEN CALMA... 
Desacelera el ritmo de tu corazón 
 silenciando tu mente. 
Afirma tu paso con la visión del futuro. 
Rompe la tensión de tus nervios y músculos  
con la dulce música de los arroyos que 
 viven en tu memoria. 
Vive intensamente la paz del sueño. 
Aprende a tomar vacaciones de un minuto,  
al detenerte a mirar una flor, al conversar  
con un amigo, al contemplar un amanecer  
o al leer algunas líneas de un buen libro. 
Recuerda que vivir más intenso no quiere  
decir vivir más rápido y que la vida  
es más que aumentar la velocidad. 
Voltea hacia las ramas del roble que florece  
y comprende que creció grande y fuerte  
porque creció despacio y bien. 
Ten calma, desacelera el paso y echa tus  
raíces en la buena tierra de lo que realmente  
vale, para así crecer hacia las estrellas. 
Cada mañana, al despertar, pide a Dios que  
te de templanza y fortaleza para enfrentar 
 las luchas cotidianas. 
Pensamiento  
  
  
  
  
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