Jueves
17 de diciembre del 2009
Recibo bendiciones más allá de toda medida.
Abundancia
Siento gratitud por las cosas sencillas de la vida —calles decoradas con luces de colores, el cielo nocturno resplandeciendo con miles de estrellas. Disfruto y doy gracias por la belleza a mi alrededor.
Al compartir una comida con amigos, me doy cuenta de las muchas maneras en las que recibo sustento para el cuerpo y para el alma. Cuando el sol calienta mi rostro o cuando me abrigo contra el viento frío, siento el amor de Dios a mi alrededor.
El dar una mano amiga o compartir una palabra de ánimo me recuerdan lo mucho que tengo para dar. Cuento mis bendiciones y siento agradecimiento por el bien en mi vida. Soy bendecido de modos grandes y pequeños.
Recogió José trigo como si fuera arena del mar; tanto que no se podía contar, porque era incalculable.—Génesis 41:49