LA INTELIGENCIA DE LAS EMOCIONES
Amable lector, dice el Maestro que la necesidad de controlar
 y vigilar los pensamientos no puede ser subrayada
 demasiado, pues el dominio de los sentimientos y 
emociones juega el papel más importante en la vida
 para mantener el equilibrio mental, salud, éxito y logros 
en los asuntos mundanos o del ser personal de cada 
individuo. Los sentimientos son estados de ánimo del ánima, 
del alma, y las emociones son los sentimientos exteriorizados.
El ser humano no ha sido capaz todavía de hacer que la 
razón rija su vida, vive sumergido continuamente en un 
mar de pasiones, en un mar de sentimientos contrarios, 
que son en definitiva los que marcan el rumbo de sus vidas.
 Los seres humanos no han aprendido aún a guiarse por
 el razonamiento y lo hacen por sus emociones o sentimientos. 
La eterna lucha entre lo que se debe hacer y lo que se 
desea hacer es una realidad, tanto en el hombre como en 
el gobierno de los pueblos. El planeta tierra es un salón de 
clases para el desarrollo de la naturaleza emocional, cuando
 la corriente de vida ha alcanzado la maestría sobre la 
naturaleza del sentimiento, se gradúa.
En general existen dos tipos de emociones, las inferiores 
y las superiores. Las emociones inferiores se procesan en 
el plexo solar y las superiores en el corazón. El sentimiento discordante es lo que produce la vejez, la desintegración, 
falta de memoria, etc. El sentido estético, la apreciación 
del arte, la mística, etc., son necesarios para cultivar 
el centro emocional superior, la intuición.
Una buena parte del conocimiento metafísico puede 
ser expresado a través del lenguaje, pero el lenguaje tiene 
sus limitaciones. Aquel que pretenda alcanzar las altas 
cimas del conocimiento espiritual, debe desarrollar el 
centro emocional superior que es la intuición, y para 
ello es preciso desarrollar la capacidad de síntesis.
El alma es el conjunto de deseos, y cuando un deseo no 
es satisfecho el alma sufre y padece. El dolor y el sufrimiento surgen por los deseos no satisfechos. El sufrimiento y dolor 
cesan cuando el deseo que lo causa es vencido y solamente 
en este estado se puede llegar a la Mágica Presencia Yo Soy.
Cuando el niño ha visto la luz y sus pulmones empiezan a 
aspirar el aire de la tierra, inmediatamente la nueva 
sustancia penetra en él y empieza a conformar su cuerpo 
de deseos que lo acompañará a lo largo de su vida. Durante
 los primeros meses el niño aún vive internamente de 
manera intensa. Las sensaciones que percibe a través de 
sus cinco sentidos son una pequeña parte de toda su 
riqueza interior, su conciencia aún percibe los estímulos provenientes de su Ser. Con el tiempo, su conciencia 
del Ser que estaba centrada en sus cuerpos superiores
 inicia lentamente ese viaje hacia la tierra, donde poco
 a poco los estímulos sensoriales la van atrapando. 
Las palabras que sus hermanos y sus padres le dirigen 
van creando una conciencia humana, olvidando sus
 nexos espirituales. El aprendizaje que la familia le va 
dando, le permite interaccionar con sus hermanos 
terrestres y olvida gradualmente su vida espiritual interna, 
el Ser espiritual entra en una dulce inconciencia y se 
sumerge, tratando de percibir con la mayor rapidez posible
 todos los estímulos provenientes del mundo exterior. 
Su tarea consiste en llegar a dominar al cuerpo físico
 que ha adquirido y empezar a trabajar en la comunicación
 tanto verbal como no verbal. El niño empieza a responder 
a los estímulos que sus padres le mandan. El Ser espiritual 
está acostumbrado a vivir en un mundo en donde las 
palabras sobran, en donde los razonamientos no son 
necesarios, en donde la comunicación es instantánea y 
en ocasiones resulta innecesaria. Ahora debe aprender 
que existe todo un proceso para comunicarse. Dicho 
aprendizaje lleva tiempo, pero el niño descubre lo rico de
 las sensaciones de su cuerpo y se llena de curiosidad
 por explorarlas de una manera total. El proceso de 
la encarnación está completa, la mente del niño se encuentra
 en formación, la conciencia espiritual a pasado a 
segundo término y se encuentra totalmente adormecida
 y entonces empieza la educación infantil, el entrenamiento
 que los adultos proporcionan a sus hijos para hacerlos 
seres útiles a la sociedad, pero inútiles para la vida del 
espíritu. La verdadera educación debe estar orientada 
para que de una manera integrada el ser pueda ir 
creciendo, plenamente consciente de que es un 
Ser espiritual que se encuentra de paso por la tierra.
Una vez que la conciencia astral ha descendido y tomado
 el cuerpo físico como vehículo, empieza a trabajar a través
 de las sensaciones que percibe del mundo exterior. 
Así como recibimos impresiones de las experiencias 
externas mediante los cinco sentidos y son archivadas en 
la memoria, para ser utilizadas posteriormente en 
asociaciones que dan vida al proceso mental normal de
 todo ser humano, existen otro tipo de impresiones que no 
son precisamente registradas por el cerebro, sino por el alma.
 El ser humano forma argumentos intelectuales y emocionales,
 y aún cuando no distingue entre ambos y las palabras están siempre cargadas o matizadas de emociones, el proceso de asimilación y acumulación de experiencias se da en dos fases.
 El lenguaje y las ideas que encierran los conceptos y la forma de razonamiento son acumuladas por la mente de la persona, pero las emociones que muchas veces no son expresadas en palabras, sino en caricias, en miradas, en abrazos o en besos, esas son registradas en el alma del ser humano. Mientras el cerebro acumula datos, fechas, nombres y conceptos para ser utilizados mediante el lenguaje, el alma asimila el lenguaje del amor, el lenguaje de las caricias, el lenguaje de los actos que hablan directamente al alma, por esta razón es que existen tantos conflictos entre los seres humanos