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  JESUS 
/ EL AGUA VIVA 
  
SERMONES FAMOSOS DE JESÚS 12. EL AGUA 
VIVA (Juan 7.10–52)
  Jesús en la fiesta de los 
Tabernáculos 10 Pero después que sus hermanos subieron, entonces él 
también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. 11 Y lo 
buscaban los judíos en la fiesta, y decían: —¿Dónde estará aquel? 12 Y 
había mucha murmuración acerca de él entre la multitud, pues unos decían: «Es 
bueno»; pero otros decían: «No, sino que engaña al pueblo». 13 Sin embargo, 
ninguno hablaba abiertamente de él por miedo a los judíos. 14 Pero a la mitad 
de la fiesta subió Jesús al Templo, y enseñaba. 15 Y se admiraban los judíos, 
diciendo: —¿Cómo sabe este letras sin haber estudiado? 16 Jesús les 
respondió y dijo: —Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. 17 
El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios o si 
yo hablo por mi propia cuenta. 18 El que habla por su propia cuenta, su 
propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que lo envió, este es 
verdadero y no hay en él injusticia. 19 ¿No os dio Moisés la Ley? Sin 
embargo, ninguno de vosotros la cumple. ¿Por qué intentáis matarme? 20 
Respondió la multitud y dijo: —Demonio tienes, ¿quién intenta matarte? 21 
Jesús respondió y les dijo: —Una obra hice y todos os admiráis. 22 Por 
cierto, Moisés os dio la circuncisión—no porque sea de Moisés, sino de los 
padres— y en sábado circuncidáis al hombre. 23 Si recibe el hombre la 
circuncisión en sábado, para que la Ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os 
enojáis conmigo porque en sábado sané completamente a un hombre? 24 
No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio. ¿Es 
este el Cristo? 25 Decían entonces unos de Jerusalén: —¿No es a este a 
quien buscan para matarlo? 26 Pues mirad, habla públicamente y no le dicen 
nada. ¿Habrán reconocido en verdad las autoridades que este es el Cristo? 27 
Pero este, sabemos de dónde es; sin embargo, cuando venga el Cristo, nadie sabrá 
de dónde es. 28 Jesús entonces, enseñando en el Templo, alzó la voz y 
dijo: —A mí me conocéis y sabéis de dónde soy; no he venido de mí mismo, pero 
el que me envió, a quien vosotros no conocéis, es verdadero. 29 Pero yo lo 
conozco, porque de él procedo, y él me envió. 30 Entonces intentaban 
prenderlo; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. 31 
Y muchos de la multitud creyeron en él y decían: —El Cristo, cuando venga, 
¿hará más señales que las que este hace? Los fariseos envían guardias para 
detener a Jesús 32 Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas 
cosas. Entonces los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias para 
que lo prendieran. 33 Y Jesús dijo: —Todavía estaré con vosotros algún 
tiempo, y luego iré al que me envió. 34 Me buscaréis, pero no me hallaréis, y 
a donde yo estaré, vosotros no podréis ir. 35 Entonces los judíos dijeron 
entre sí: —¿Adónde se irá este, que no lo hallaremos? ¿Se irá a los dispersos 
entre los griegos y enseñará a los griegos? 36 ¿Qué significa esto que dijo: 
“Me buscaréis, pero no me hallaréis, y a donde yo estaré, vosotros no podréis 
ir”?
  Ríos de agua viva 37 En el último y gran día de 
la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: —Si alguien tiene 
sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, 
de su interior brotarán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu 
que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el 
Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. División entre la 
gente 40 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: 
«Verdaderamente este es el Profeta». 41 Otros decían: «Este es el Cristo». 
Pero algunos decían: «¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42 ¿No dice la 
Escritura que de la descendencia de David, y de la aldea de Belén, de donde era 
David, ha de venir el Cristo?». 43 Hubo entonces división entre la gente a 
causa de él. 44 Y algunos de ellos querían prenderlo, pero ninguno le echó 
mano. ¡Nunca nadie ha hablado así! 45 Los guardias vinieron a los 
principales sacerdotes y a los fariseos. Entonces estos les 
preguntaron: —¿Por qué no lo habéis traído? 46 Los guardias 
respondieron: —¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! 47 
Entonces los fariseos les preguntaron: —¿También vosotros habéis sido 
engañados? 48 ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los 
fariseos? 49 Pero esta gente que no sabe la Ley, maldita es. 50 Les dijo 
Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: 51 —¿Juzga 
acaso nuestra Ley a un hombre si primero no lo oye y sabe lo que ha hecho? 52 
Respondieron y le dijeron: —¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de 
Galilea nunca se ha levantado un profeta.
  “Amarás a tu prójimo 
como a ti mismo” (Marcos 12:31) 
 
  
   
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