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CAMINO BLANCO, VIEJO
CAMINO
Camino blanco, viejo
camino, desigual, pedregoso y estrecho, donde el eco apacible
resuena del arroyo que pasa bullendo, y en donde detiene su
vuelo inconstante, o el paso ligero, de la fruta que brota en
las zarzas buscando el sabroso y agreste alimento, el gorrión
adusto, los niños hambrientos, las cabras monteses y el
perro sin dueño... Blanca senda, camino olvidado, ¡bullicioso y
alegre otro tiempo!, del que solo y a pie de la vida va andando
su larga jornada, más bello y agradable a los ojos pareces
cuanto más solitario y más yermo. Que al cruzar por la ruta
espaciosa donde lucen sus trenes soberbios los dichosos del
mundo, descalzo, sudoroso y de polvo cubierto, ¡qué extrañeza y
profundo desvío infunde en las almas el pobre viajero!
Rosalia de Castro

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