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SALVE, SALVE, CANTABAN, MARÍA QUE MÁS PURA QUE TÚ SÓLO DIOS; Y EN EL CIELO UNA VOZ REPETÍA: MÁS QUE TÚ, SÓLO DIOS, SÓLO DIOS. 1. Con torrentes de luz que te inundan, los arcángeles besan tus pies; las estrellas tu frente circundan, y hasta Dios complacido te ve.
2. Pues llamándote pura y sin mancha, de rodillas los mundos están, y tu espíritu arroba y ensancha tanta fe, tanto amor, tanto afán.
3. ¡Ay!, bendito el Señor, que en la tierra pura y limpia te pudo formar, como forma el diamante la sierra, como cuaja las perlas el mar.
4. Y al mirarte entre el ser y la nada, modelando tu cuerpo, exclamó: "Desde el vientre será inmaculada, si del suyo nacer debo yo".
5. Porque Tú, Madre Virgen y pura del que dijo "¡Haya luz!" y hubo luz, y a tus pechos bebió tu ternura, y a tus brazos cayó de la Cruz.
6. ¡Flores, flores!, que al templo ya viene; y en su trono de luz y a sus pies querubines y arcángeles tiene más que espigas y granos la mies.
7. Flores, flores las nubes derramen, de la Virgen sin mancha en honor, y su Reina los cielos la llamen, y los hombres su Madre y su amor.


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