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   LA DIFERENCIA  Me levanté temprano una mañana y me apresuré a comenzar el día. Tenía tanto que realizar que no tuve tiempo para orar. Los problemas me cayeron encima y la carga se hizo pesada . ¿Por qué no me ayudas Dios? Pensé y Él me dijo: Pero tú no lo pediste. Deseaba ver la belleza y alegría, mas el día se tornó oscuro y frío. Pensé, por qué Dios no me mostró lo que yo esperaba. Él me contestó: Porque tú no me buscaste. Traté de llegar ante la presencia de Dios. Y probé todas mis llaves en la cerradura. Dios, gentil y suavemente exclamó: ¿Por qué no tocaste a la puerta? Me desperté temprano esta mañana y me detuve antes de comenzar el día. Tenía tanto que realizar, que tuve que sacar tiempo para orar.               
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