NO SE ENOJE! 
 
El que se enoja a menudo es infeliz 
y también hace infelices 
a  los demás que lo soportan. 
Porque la ira debilita, enferma y mata.
Porque la ira primero es roja llamarada y ciego furor, 
mas después es lenta angustia y largo arrepentimiento.
Porque la ira es una enfermedad que no se cura con medicinas.
Porque el que se enoja se castiga ante todo a sí mismo.  
Porque la ira apaga la luz del entendimiento como el golpe de viento 
apaga la vela y no se puede discernir ni pensar.
Porque la ira no ayuda a la victoria, 
sino que es causa de las derrotas.
Porque la ira distorsiona los hechos y ahuyenta la verdad.
Porque la ira nos obliga a decir cosas 
que después hubiéramos preferido no decir.
Porque la ira nos aísla de los demás, 
fomenta el rencor y la venganza.
Porque la ira destruye, en un momento, 
la estructura que con el tiempo y la ecuanimidad 
hemos construido.
Porque la ira es una epidemia que se propaga, 
y qué molesto es convivir en un ambiente de enojones.
Porque la ira es síntoma de decadencia física y mental.
Porque la ira es preludio y causa de acciones negativas 
que pueden destruir nuestro futuro.
Porque la ira va al apero de la mala educación.
Porque la ira es la barrera infranqueable a la amistad, 
la comprensión y el amor.
¿Ya ve? 
¡No se enoje y así prolongará y hará mas grata su existencia y...
  la de los demás!