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   Siguen  pasando los años corazón - 2010 Vicente  Herrera Márquez
 
 ¿Qué  pasa corazón?¡Tan  rápido que pasa el tiempo!
 Ayer  entre marzo y marzo había el espacio de un año,
 parece  que los meses iban al tranco de aquel tren
 que  rodaba por los rieles al ritmo del calendario,
 haciendo  oir su sirena entre una nube de vapor.
 En  cambio hoy van volando a la velocidad del jet,
 que  compite con el viento y deja el sonido atrás,
 dibujano  una estela en el aire para avisar que pasaron.
 Ayer  fueron sesenta y siete hoy hay que sumarle uno más,
 traigan  sesenta y ocho botellas y aquí veremos que podemos hacer
 ¿Te  parece corazón?
 Pero…pero  hoy en nuestra fiesta haremos salud con vino triste
 Muy  fuerte y con rabia el piso se nos movió
 y  afirmado en la pared buscando a tientas un pantalón en la  oscuridad,
 sinceramente  creí que uno de los dos, tu o yo, fallaba corazón,
 que  hasta llegue a pensar que llegábamos al final sin brindar un año  más.
 Las  fuerzas naturales con saña otra vez asolaron nuestras tierras
 dejando  como saldo muerte y desolación, sueños truncos e incertidumbres  nuevas.
 Hoy  no brindemos por nosotros, brindemos por nuestro pueblo, por los que se  fueron,
 por  las mujeres valientes, por los hombres sufridos, por los niños  anhelantes.
 Por  los héroes anónimos, los que ayudan, los que cobijan y los que dan cariño, pan y  amistad.
 Brindemos  con este vino vivo que aún se agita en nuestra copa por el temblor de la tierra,
 y  brindemos por tu latir corazón aunque nuestros músculos tiriten de  temor.
 
 
 Siguen  pasando y sumando los años, hemos cambiado de siglo y seguimos cambiando de  folio.
 Pero  aun seguimos aquí, viviendo, tomando, escribiendo y amando.
 Es  nuestro sino, vivir como venga la vida, paladear el tiempo en el espíritu de la  uva,
 escribir  cuando haya inspiración y amar, sobre todo amar a una mujer.
 No  importa que haya o no haya trabajo, siempre habrá algo que echarle a la  olla,
 no  importa que el blanco lo dejemos de lado, el tinto siempre está en nuestra  mesa.
 Y  si mujeres conocimos y amamos en la vida que dejaron huellas en nuestro  camino
 bien  sabemos que lo que queda de aliento es para aquella que hoy está a nuestro  lado.
 Siguen  pasando los años, pero no estamos solos corazón. No, no estamos  solos.
 La  tenemos a ella, tenemos hijos y nietos al lado, familia y amigos cercanos
 y  también amigos en latitudes distantes allende mares iracundos y cordilleras  bravas.
 Tenemos  compañía y aliento para vivir diez, veinte y hasta cien años  más.
 Que  más nos queda corazón, solo dar gracias a la vida y alcemos la copa una vez  más,
 no  importa que nuestra tierra tiemble y deje tiritando los huesos y sensible la  piel
 
 A  esta distancia de la partida ya cerca de la meta y con tanto terremoto que  desordena la carga,
 habiendo  vivido ya tantos años, que bien éste puede ser el ultimo,
 creo  que es el momento de hacer un alto, beber de un trago el camino  andado
 y  comenzar a tomar sorbos cortos y espaciados del tiempo que queda por  caminar,
 para  que se alargue sana la vida y dure el sabor del buen vino,
 remontar  viejos caminos, recordar lugares vividos, mirar atrás de soslayo
 y  avanzar lento y seguro para que en el próximo almanaque celebremos un año  más.
      
        
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