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   ¡No despierten a  Papá!
 Una niñita se encontraba a un lado de una multitud, mientras su papá daba testimonio de cómo Jesucristo había influenciado en él.  Explicaba cómo el Señor lo había salvado y rescatado de su anterior estilo de vida como alcohólico.
 Entre los presentes había un desvergonzado que no podía soportar más oír esas tonterías religiosas.  Entonces comenzó a gritar:
 - ¿Por qué no se calla y se sienta viejo? Usted está soñando.
 Pronto, este escéptico sintió un tirón en la manga de su saco.  Miró hacia abajo y vio a la  pequeña niña.  Ella lo miró directo a los ojos y le dijo:
 - Señor, ese es mi papá. ¿Usted dice que mi papá es un soñador? Déjeme contarle acerca de él. Mi papá era un borracho y cuando regresaba a casa de noche le pegaba a mi madre.  Ella lloraba durante toda la noche... y señor, no teníamos ropa buena porque mi papá gastaba todo el dinero en bebida. Yo ni siquiera tenía zapatos para ir al colegio.  Pero mire estos zapatos y mire este vestido.  Ahora mi papá tiene un buen trabajo.
 Luego señalando al otro lado del camino, dijo:
 -¿Ve usted a esa señora sonriendo?  Esa es mi mamá.  Ella ya no llora más por las noches.  Ahora canta.
 Luego vino el golpe de gracia.  La niña dijo:
 -Jesús ha cambiado a mi papá.  Jesús ha cambiado nuestro hogar. Mire señor, si mi papá está soñando, por favor ¡no lo despierte!
 "Todo don valioso, todo regalo precioso viene de lo alto y ha bajado del Padre de las Luces, en quien no hay cambio, ni variación, ni ocaso. El nos dio vida como a hijos suyos por su sóla decisión, por la palabra de la verdad, para que fuéramos entre todas sus criaturas propiamente suyos"
        (D/A)  
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