|      ELOGIO DE LA CARCAJADA 
 Por Jorge Bucay
 
 El buen humor es una de las grandes claves de la realización personal.
 
 Las risa tiene efecto sanador.
 
 Para avanzar en el camino de la deseada auto-realización,
 el tercer paso deberá ser la conquista de la necesaria cuota de humor en su
 vida.
 
 No cualquier humor, un particular, específico y grandioso buen humor.
 
 Es bueno tener dinero y las cosas que el dinero puede comprar, pero también
 es bueno ponerse
 una que otra vez a reflexionar para estar seguro de no haber perdido las
 cosas que el dinero no puede comprar.
 
 Por si no le queda claro, hablo de saber vivir, aunque sea por un minuto
 cada día,
 por encima del recuerdo de nuestro agobiante pasado, sin estar pendiente de
 las restricciones
 y amenazas de todos los terroristas del mundo y de los poderes
 multinacionales.
 
 Hablo de poder sonreír, aun sabiendo del duro mañana que profetizan agoreras
 todas las instituciones
 y los cerebros privilegiados que derraman sobre nuestras cabezas sus
 terribles visiones económicas, sociales y ecológicas.
 
 Me refiero a levantarnos contentos cada mañana, a pesar de las absurdas
 restriciones que nos imponen leyes
 y reglamentaciones, que nos limitan aunque no recordemos haberlas aceptado.
 
 Hablo de no dejar de reírnos, a carcajadas si es posible, aunque sea por un
 segundo
 de los hechos ciertamente triviales de nuestro diario padecer.
 
 Hablo de la sonrisa cómplice con Dios, con la naturaleza o con el orden
 general de las cosas, que pone al hombre por encima de su cotidianeidad, de
 sus intereses momentáneos y de lo efímero de sus frustraciones.
 
 La risa es, y los médicos lo sabemos, una de las tres formas probadas de
 producir endorfinas
 (ciertas sustancias que produce cada organismo, que son específicas del
 cuerpo que las elabora y que poseen un increíble efecto sanador:
 reconstituyente, analgésico, anti-inflamatorio y hasta donde sabemos con
 muchas acciones a favor del sistema inmunitario, que serían capaces de
 protegernos de algunos cientos de enfermedades desde el resfrío hasta el
 cáncer).
 
 Quizá porque nuestro cuerpo sabe estos datos, aunque nuestra cabeza lo
 ignore,
 es que asociamos naturalmente el buen humor con la fertilidad, con la
 evolución y con la vida.
 
 Así como en los cuentos el héroe libera a la princesa matando al dragón
 y salvando todos los obstáculos para volver a casa triunfante; en lo cómico,
 
 la gran heroína (la risa) nos libera a todos de las prohibiciones de la
 cordura y la coherencia,
 para poder volver al hogar de lo espontáneo.
 
 El mundo para muchos incomprensible, infantil e incorrecto de lo que nos
 causa gracia.
 
 El chiste, la anécdota y la humorada siempre nos recuerdan la necesidad de
 enfrentarnos con lo que no se esperaba.
 El desafío de lo lógico, lo regulado y lo repetido. Allí está lo liberador,
 lo creativo y disparador. Allí está la exitosa vuelta al hogar condecorados
 de nuestra sonrisa de satisfacción.
 
   
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