Un loco 
amor
En el siglo 
XIV, la peste negra (Bubónica),
 se llevo a casi la mitad 
de la población del mundo.
En el siglo XVIII, la peste amarilla, 
arrasó con ciento de miles de 
personas,
 a nivel mundial.
En nuestros días, la peste que 
está asolando a nuestra juventud, 
es la DROGA.
Las demás plagas destructivas daban
 muy poco margen de vida.
 Pero ahora nuestros hijos,
 se están contaminando y enfermando 
con esta peste,
 que no tiene retorno y que tiene como efecto, 
disminuir la inteligencia,
 la capacidad de razonar y de tomar decisiones, 
a los que serán nuestra futura 
generación.
Debemos decidir, si queremos que nuestros 
hijos
 sean personas normales o mutantes 
a los que sólo les interesa 
drogarse,
 porque según ellos es lo único que los hace 
felices.
La redacción de esta carta, 
lleva como título «Un loco amor»
Cuando la conocí tenía 16 años.
Fuimos presentados 
en una fiesta, 
por un chico, que se decía mi amigo.
Fue amor a 
primera vista. 
Ella me enloquecía.
Nuestro amor llegó a tal punto, 
que ya no conseguía vivir sin ella.
Pero era un amor 
prohibido.
Mis padres nunca la aceptaron.
Fui reprendido en la escuela y 
tuvimos
 que empezar a encontrarnos a escondidas.
Llegó un 
momento en que no aguanté mas, 
me volví loco.
Yo la quería, pero no la tenía.
No 
podía permitir que me apartaran de ella.
La amaba locamente, 
tanto que por ella estrellé mi auto, 
rompí todo lo que había dentro de la 
casa y casi mato a mi hermana.
Estaba loco, la 
necesitaba.
Hoy tengo 39 años; 
estoy internado en un hospital, 
soy un inútil y voy a morir 
abandonado
 por mis padres, por mis amigos y por 
ella.
¿Su nombre? COCAÍNA.
«A ella le debo mi vida, mi destrucción y mi 
muerte»