|     Desolación
 Ese sonar de aldabas me levantó del sueño,
 sobresaltó mi corazón dormido.
 Cuánto ruido trajiste a esta casa:
 Qué músicas extrañas,
 qué silencios no oídos.
 Todos los corredores se poblaron de ti
 y olvidaron de golpe su soledad de siglos.
 Un aroma de mar invadió las alcobas
 y a un día tembloroso se abrieron sus postigos.
 Ese sonar de aldabas sobresaltó mi noche,
 rompió candados y rompió cerrojos.
 No podía saber que cuando el aire
 barriera el polvo en todos los rincones
 y de olor a manzanas se llenara la huerta,
 te marcharías sin sonar de aldabas,
 dejando tus silencios
 y las puertas abiertas.
 
 "Círculo y Ceniza" PIEDAD BONNETT         |