
No desmayemos.
A veces nos parece que somos poco inteligentes y que tenemos pocos dones espirituales, y creemos que Dios se comunique solo con los perfectos y sabios, y no es así, porque es característico de Dios, que es el Amor, el adaptarse a cada criatura, ya que Dios ha creado tanto al niño como al sabio, y con ambos se comunica; ha creado al docto como al aborigen que no sabe más que la ley natural.
No importa lo que seamos por naturaleza, sino que lo que importa es que seamos fieles a Dios, escuchando lo que Él quiere comunicarnos y siguiendo fielmente las inspiraciones que Él nos va dando a lo largo de la vida.
Porque Dios creó a todos, y conoce bien cómo está hecho cada uno de nosotros.
A veces nos parece que somos poco inteligentes y que tenemos pocos dones espirituales, y creemos que Dios se comunique solo con los perfectos y sabios, y no es así, porque es característico de Dios, que es el Amor, el adaptarse a cada criatura, ya que Dios ha creado tanto al niño como al sabio, y con ambos se comunica; ha creado al docto como al aborigen que no sabe más que la ley natural.
No importa lo que seamos por naturaleza, sino que lo que importa es que seamos fieles a Dios, escuchando lo que Él quiere comunicarnos y siguiendo fielmente las inspiraciones que Él nos va dando a lo largo de la vida.
Porque Dios creó a todos, y conoce bien cómo está hecho cada uno de nosotros.
Él no nos pedirá nada que no podamos hacer, porque si Él lo pide, nos dará los medios y la gracia suficiente para que lo llevemos a cabo, y no haremos nada extraordinario sino que siempre seremos ante Él, siervos inútiles que no hicieron más que lo que debían hacer.
Una de las características de la infancia espiritual es la plena confianza en Dios, porque así como los niños confían ciegamente en sus padres; así también nosotros, debemos confiar ciegamente en nuestro Padre Dios, que es el más bueno de los Padres, que tiene todo y a todos en sus manos, y Él gobierna el mundo con Sabiduría. ¿Podemos acaso temer algo? ¿Podemos creer que Dios permitirá algo que sea realmente malo para nosotros? Confiemos en Dios, y veremos que Él desciende con todos sus dones a nuestro pobre corazón.
Una de las características de la infancia espiritual es la plena confianza en Dios, porque así como los niños confían ciegamente en sus padres; así también nosotros, debemos confiar ciegamente en nuestro Padre Dios, que es el más bueno de los Padres, que tiene todo y a todos en sus manos, y Él gobierna el mundo con Sabiduría. ¿Podemos acaso temer algo? ¿Podemos creer que Dios permitirá algo que sea realmente malo para nosotros? Confiemos en Dios, y veremos que Él desciende con todos sus dones a nuestro pobre corazón.


