Tu rostro que nunca vi
me persigue en las noches,
el día,  la tarde,
lo amé , sin reproches.

Sentía tu aliento en mi boca.
Cerca nunca estuve,
de tu rostro, de tus ojos.
Te amé tanto y no te tuve.

Tus ojos verdes-azules,
nariz gruesa, tu boca
las imaginé , las retuve.
Sostuve tu rostro en mis manos,
mi aliento contuve.
 

Me pegaba a tu regazo.
Soñábamos en las nubes,
las olas , en el aire.
Tu querer no retuve.

Continúas  en mí.
Sueño con tu faz, miro las nubes,
adivinando tu rostro,
siento que algo nos une.

Olvidarte no he podido
Amé tanto, tu alma tuve.
Tu espíritu unido al mío
como alas de un ave, batidas
entre las nubes.

No olvidaré ese rostro
nunca visto por mí,
aunque al no poder mirarte,
te ataste más a mí.

Continúo amándote,
sin rostro , algo nos une.
Permaneces conmigo,
flotando entre en las nubes,
en marullos, entre olas,
bajo el cielo estrellado,
yacen tu rostro y el mío.
Aún te sigo esperando.

Carmen G Ortiz-Frogui