Jesús dijo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:47 |
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Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos. Hechos 15:11 |
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Nosotros lo hemos recibido mal pero Él nos recibe bien
El hecho de haber sido mal recibido en casa de alguien nos quita el deseo de invitar a esa persona y tratarla como a un rey. Pero esto no fue lo que hizo el Hijo de Dios con la humanidad. ¿Cómo fue recibido? “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11). María “dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (Lucas 2:7). Al final de la vida de Jesús en esta tierra, su pueblo no quiso saber nada de él y pidió a grandes voces que lo matasen. Prefirieron poner en libertad a Barrabás, un asesino, y matar a Jesús. El mundo no tenía lugar para él; el único lugar que le ofreció fue la cruz. ¿Tendría hoy uno mejor? Cuando lo crucificaron, Jesús dijo a su Padre: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Y allí, en la cruz, llevó en nuestro lugar el castigo que merecíamos delante de Dios. Así es como Jesús responde a la maldad de los hombres. Con este mismo amor sin igual obra para con usted, lector. A todos los que creen en él, Jesús les ofrece un lugar junto a él en la casa del Padre: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay… voy, pues, a preparar lugar… vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). Y usted, ¿Le dará hoy un lugar en su vida? ¡Un «sí» es la mejor respuesta que pueda darle!
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