Cada día es un nuevo comienzo de la única persona de la que jamás podrás escapar es de ti mismo, es por eso por lo que quiero compartir estas palabras, ¿sabes? he tenido que afrontar muchas situaciones para lograr comprender que siempre hay una salida en medio de la aflicción, cuando te levantas y miras constantemente ese rostro que te exige cada día más es que te das cuenta que realmente tienes una fortaleza interna incalculable... Nuestro propio yo, habla a nosotros constantemente, es tanto así para ponerte un ejemplo, que cuando tenemos dudas respecto a qué decisión tomar respecto algún problema hay algo en nuestro interior que nos dice cómo actuar a eso que (llamamos corazonada)...

Es decir, que ya tenemos la mitad de la guerra de la vida ganada... Pero las respuestas son aun mejores cuando nuestro Dios es participe de nuestra decisión, siempre podemos dar más de lo que pensamos lo que sucede es que a veces nos limitamos porque no ciega la idea de pensar porque a mí, porque justo ahora, pero porque no mejor preguntarte para que... Dios es sabio y sabe las cosas que hace y en quien las hace, a veces nos cuesta entender ciertas circunstancias que agobian a nuestras vidas pero ciertamente cuando logramos superarla hasta risa nos da el simple hecho de pensar en la forma en que ese problemita nos estresaba...

Es cómico cuando vemos que no sólo nosotros estamos así pero esa risa aclaro no es de burla sino de ironía al ver que los problemas siempre están ahí unos más grandes que otros pero siempre están, y que vienen a consecuencia de una acción o decisión de nosotros como persona, por eso digo que es importante analizar lo que decimos y hacemos para luego no arrepentirnos, pero, tranquilo que las cosas de algún modo pasan por algo...

Cada caída nos ayudara a madurar y levantarnos con más fuerza claro, siempre que tú adoptes una postura razonable que te haga cambiar todo lo malo en una experiencia que se suma a tu curricular vitae. No veas tus fracasos como fracasos en sí, velos como una forma de aprender a valorar lo que tienes y lograras tener en el futuro que en este caso le llamaremos éxito. Así que haz que ese reflejo se una a ti porque recuerda que todo lo que somos lo reflejamos constantemente...

Somos espejos de nuestra alma a veces sin intención decimos cosas que son captadas por los demás no te conformes ni desmayes, las respuestas siempre está ahí lo que sucede es que nuestra terquedad no nos deja verla...

Moraleja. Nunca limites a tu espíritu a luchar por lo que buscas mejor aliméntalo a perseguir ese sueño que tanto anhelas, convierte tu reflejo en una vista agradable para los demás recuerda que el cambio siempre deberá comenzar por ti.

D/A