Jesús dijo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:47 |
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Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos. Hechos 15:11 |
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Escoger bien
Hace aproximadamente 3.600 años, el pueblo de Israel era esclavo en Egipto. Los niños que nacían estaban amenazados de muerte. Unos padres creyentes abandonaron a su pequeño hijo, Moisés, al borde del río Nilo, poniéndolo en las manos de Dios. Pasando por allí la hija del Faraón, al oír llorar al niño se compadeció de él. Entonces lo adoptó y, por la providencia divina, escogió como nodriza a la propia madre del niño. Por lo tanto, antes de ser devuelto a su madre adoptiva, fue educado en la fe de sus padres. Ahí vemos al “hijo de la hija de Faraón” (Hebreos 11:24) ante un futuro brillante y prometedor. Pero cuando creció, Moisés rechazó ese título de gloria, “escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios” (Hebreos 11:24-26). Jóvenes creyentes, piensen un momento en esa elección. Por un lado estaban las riquezas, los honores y los placeres mundanos; por el otro, la incomprensión de la gente, pero la aprobación de Dios. ¿Qué hubiesen escogido? Reflexionen bien cada vez que deban hacer una elección, porque Satanás no ha cambiado y siempre les propondrá caminos fáciles que los conducirán al mundo. Comprométanse en los caminos de Dios con fe y sin ambigüedad. Moisés “tenía puesta la mirada en el galardón” (Hebreos 11:26), y Dios no lo decepcionó.
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