|   Nada me has dado y, para tí, mi vidaDeshoja su rosal de desconsuelo,
 Porque ves estas cosas que yo miro,
 Las mismas tierras y los mismos cielos.
 
 Porque la red de nervios y de venas
 Que sostiene tu ser y tu belleza
 Se debe estremecer al beso puro
 Del sol, del mismo sol que a mí me besa.
 
 Mujer, nada me has dado y, sin embargo,
 A través de tu ser siento las cosas,
 Estoy alegre de mirar la tierra
 En que tu corazón tiembla y reposa.
 
 Me limitan en vano mis sentidos,
 Dulces flores que se abren en el viento,
 Porque adivino el pájaro que pasa
 Y que mojó de azul tu sentimiento.
 
 Y sin embargo no me has dado nada,
 No se florecen para mí tus años,
 La cascada de cobre de tu risa
 No apagará la sed de mis rebaños.
 
 Hostia que no probó tu boca fina,
 Amador del amado que te llame,
 Saldré al camino con mi amor al brazo
 Como un vaso de miel para el que ames.
 
 Ya ves, noche estrellada, canto y copa
 En que bebes el agua que yo bebo,
 Vivo en tu vida, vives en mi vida,
 Nada me has dado y todo te lo debo.
 
 Autor: Pablo Neruda
 
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