Qué es el cáncer cervical?

El cáncer cervical se refiere al cáncer del cérvix. Por lo general, el cáncer cervical no presenta síntomas. La detección a tiempo ayuda a determinar cuando hay condiciones precancerosas. Ya que las condiciones precancerosas a veces no causan dolor, es importante visitar a nuestros proveedores de servicios de salud regularmente aún cuando no nos sintamos enfermos o tengamos dolor.
¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer cervical?
Hay claros indicios de que existe una relación entre el virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer cervical. El VPH está considerado como una enfermedad de transmición sexual. Las mujeres que tienen VPH o que tienen parejas con VPH tendrán mayor riesgo de contraer cáncer cervical. La relación entre el VPH y el cáncer cervical no es una relación de uno a uno, ya que la mayoría de las mujeres que se exponen al VPH no desarrollan cáncer cervical.
Hay indicios que sugieren que hay mayor riesgo de cáncer cervical cuando el sistema inmunológico de las mujeres no funciona bien. De ahí que las mujeres hispanas que son VIH positivo o que tienen SIDA presenten más altos índices de cáncer cervical.
¿Cómo puedes prevenir el cáncer cervical?
Sabemos que fumar es un factor de riesgo asociado con el cáncer cervical (como con todo cáncer) y que las mujeres que fuman tienen índices más altos de cáncer cervical. Cuanto más fuerte sea el hábito de fumar, mayor será el riesgo que se corre de contraer cáncer cervical. Por esa razón, debes evitar fumar.
También hay indicios de que el ácido fólico (que se halla en las verduras de hojas de color verde oscuro, jugo de naranja, chícharos secos, frijoles y lentejas) juega un importante papel al protegernos contra el cáncer cervical. Hay mujeres que toman ácido fólico diariamente en forma de suplemento dietético o comen cereales vitaminados o mineralizados. Todavía está por precisarse qué cantidad es la correcta. Apenas se empieza a estudiar seriamente este tipo de protección.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer cervical?
El dolor no se presenta como un síntoma de cáncer cervical sino hasta que éste ha avanzado al punto de ser invasivo. El síntoma más común del cáncer cervical es el sangrado anormal – puede ser demasiado o muy poco sangrado en el momento en que no nos corresponde durante el mes. El momento en que no nos corresponde es cualquier momento en que no tengamos nuestra menstruación. Sin embargo, no todo caso de sangrado anormal es señal de problemas, ya que también se encuentra en mujeres que atraviesan por la menopausia.
¿Cómo se detecta o se diagnostica el cáncer cervical?
La prueba del Papanicolau o Pap es el método más efectivo para la detección temprana del cáncer cervical. Todas las mujeres mayores de 18 años, incluso las mayores de los 60 años, deben hacerse una prueba anual de Papanicolau. Todas las mujeres menores de 18 años que sean sexualmente activas deben también hacerse exámenes regulares de Papanicolau. Si tu prueba de Papanicolau es normal por tres años seguidos, tu proveedor de salud te sugerirá cuándo deberás regresar por la siguiente. Para la mayoría de las mujeres, se recomienda una prueba anual de Papanicolau.
La evidencia indica que las mujeres hispanas son el grupo con menos probabilidades de ir a hacerse la prueba Pap y el grupo con más probabilidades de contraer cáncer cervical. El hecho de que no nos hagamos exámenes regulares de Pap explica nuestros índices mayores de cáncer cervical.
¿Cómo se trata el cáncer cervical?
Una vez más, el tratamiento tiene mayor éxito cuanto más temprano sea detectado el cáncer. La prueba del Papanicolau se usa para diagnosticar el cáncer del cérvix. Si tu prueba de Papanicolau es positiva, esto significa que hay anormalidades en las células o una condición precancerosa. Esto se refiere a una área en donde existen células anormales, pero únicamente en la capa superior. Probablemente te pidan que te hagas una segunda prueba para confirmar los primeros resultados. Si los resultados de la prueba Pap son anormales nuevamente, tu proveedor de salud quizá quiera obtener más información por medio de exámenes adicionales.
Si tu condición es precancerosa, tu proveedor de salud podrá recomendar tratar el área afectada por medio de la congelación (criocirugía), cauterización (diatermia o quemadura), láser (el cual destruye el tejido anormal dejando intacto el tejido normal), procedimiento de excisión electroquirúrgica circular (en inglés, LEEP) o la conización para remover tejido no saludable. Aunque es de esperarse que experimentes algo de incomodidad y sangrado leve por un par de días, no habrá más efectos secundarios.
Cirugía: La histerectomía (sacar el útero y el cérvix) se hace si se encuentran células anormales en el interior del cérvix y la mujer no quiere tener niños en el futuro. Cuando solo se sacan el útero y el cérvix, no se presentan síntomas de menopausia, ya que los ovarios siguen produciendo hormonas. Si se sacan las trompas de Falopio y los ovarios (salpingo-ooforectomía), se presenta la menopausia. Conviene recordar que la histerectomía no afecta el deseo sexual ni la capacidad de gozar fisiológicamente las relaciones sexuales. El cáncer cervical en sus etapas más avanzadas se trata a menudo con la radiación.