
El Terry
Sentado en la solana del jardín repaso un libro. A mis pies, duerme el Terry, mi amado perro cocker.
Está soñando el Terry. Sueña, imagino, las cacerías de sus antepasados, libres y airosos por el campo al clarecer el día.
Oye voces el Terry y se despierta. En eso pasa una mariposa. El Terry ve su sombra en el suelo y salta para perseguirla. Es una sombra.
Me mira avergonzado por su equivocación y viene a echarse otra vez junto de mí, confuso y azorado.
Con una caricia le digo que no debe apenarse. Yo mismo me he pasado la vida persiguiendo sombras, y no me da vergüenza.
Te lo digo yo, Terry; yo, que soy para ti como un Dios: Porque Hay Luz Hay Sombras. Si dejamos de ver la sombra y alzamos la mirada, tú verás tu mariposa y yo veré mi luz.
Duerme tu sueño mientras tanto, Terry, como yo duermo el mío. Quién sabe que bellas mariposas y qué maravillosas luces miraremos los dos al despertar...
Armando Fuentes Aguirre

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