En el reino de Cheng un hombre decidió comprar un par de
zapatos nuevos.
Se midió el pie, pero olvidó la medida en casa y se fue al mercado sin ella.
Allá encontró al zapatero. “¡Oh!, me olvidé de traer la medida”, dijo,
y presuroso regresó a su casa.
Cuando volvió al mercado, la feria se había terminado y no pudo comprar
los zapatos. “¿Por qué no se los probó?”, le preguntó uno de sus vecinos.
“Me fío más de la regla”, respondió.
Reflexión: A veces, perdemos oportunidades por racionalizarlo todo.
Neskatilla
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