Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
en el monte,
de noche.

Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
con tu hilo de letras.

Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.

Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.