Saber ver los signos de la presencia de Cristo.
2013-10-25 Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora?
Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo”.
Oración introductoria
Señor, humildemente y con un corazón arrepentido por mis faltas, te invoco en mi oración. Ayúdame a comprender que la certeza de que un día voy a presentarme ante Ti en mi juicio final me debe llevar a buscar emplear mi tiempo lo mejor posible, con un auténtico interés en los asuntos de tu Reino.
Petición
Cristo, ayúdame a saber reconciliarme plenamente con Dios, con los demás y a alejarme de todo pecado.
Meditación
Saber ver los signos de la presencia de Cristo.
«Se recuerda que Dios ha concedido unos dones, que se han de emplear y multiplicar, pues a su regreso preguntará cómo se han utilizado. Queridos jóvenes, ¿han pensado en los talentos que Dios les ha dado? ¿Han pensado cómo ponerlos al servicio de los demás? ¡No entierren estos talentos! La vida no se tiene para guardarla para uno mismo, se tiene para entregarla. En la parábola del juicio final, se describe la segunda venida del Señor y se advierte que seremos juzgados en la caridad, según lo que hemos amado a los demás, especialmente a los más necesitados. No se conoce ni el día ni la hora del regreso de Cristo; lo que se pide es estar preparados para el encuentro, que significa saber ver los signos de su presencia, tener viva la fe con la oración y con los sacramentos; se trata de ser vigilantes para no dormirnos: no queremos cristianos dormidos; ser vigilantes, para no olvidarnos de Dios» (S.S. Francisco, 24 de abril de 2013).
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón
Propósito
Leer hoy algunos párrafos del Catecismo, nn. 2443 al 2463, para tratar de formarme mejor en la fe.
«Si ustedes pudieran ahora tratar con Cristo en persona, ¡cómo le servirían!, ¡cómo se ofrecerían a darle todo!, ¡con qué alabanzas hablarían de Él! ¿Por qué no hacen lo mismo con sus hermanos, si Cristo en la parábola del juicio final33 nos dice que las atenciones que prestamos a nuestros hermanos o el desprecio con que les ultrajamos los recibe también Él?»