Todo empezó por una publicación en un grupo de apoyo al ex presidente. Uno de sus integrantes compartió una imagen diciendo que Uribe es heterosexual. Ahí mismo brotaron todo tipo de comentarios exigiendo respeto para el líder del Centro Democrático. Algunos hasta dijeron que no importaba su preferencia sexual, igual había que apoyarlo. En todo caso, para lo único que sirvió este escándalo, que fue tendencia en Twitter con la etiqueta #UribeEsHeterosexual, fue para dejar al descubierto la estupidez propia de los uribistas que se oponen al matrimonio gay pero ni siquiera distinguen la palabra "homosexual" de "heterosexual". La publicación en el grupo de Facebook, que en realidad no aportaba ninguna información novedosa o relevante, armó un show mediático de proporciones absurdas. Eso, entre personas con algún mínimo de coeficiente intelectual, jamás hubiera sucedido.
No puede ser posible que la misma gente que votó NO al plebiscito creyendo que hay un rayo homosexualizador que cambia la orientación sexual de aquellos que son tocados por el mismo ahora crea que la palabra heterosexual es un insulto. Más aún, me parece un verdadero peligro que esta gente haya sido capaz de poner un presidente. No es una exageración decir que individuos que ni conocen la diferencia entre homosexual y heterosexual deberían tener prohibido el voto. Estos personajes deberían tener prohibido acercarse a una urna más de 10 metros de distancia ¿con qué criterio puede hablar esta gente sobre temas como el aborto, el matrimonio entre parejas del mismo sexo o la igualdad de género?