EL CARTERO NO VIENE
Pasó de largo
aquella carta que el beso guardó.
Sentí su aroma
sus caricias de seda
envueltas entre las letras
que revoloteaban de amor.
Caminé por la arena,
descalzo plasmé mis pisadas
dejando un camino atrás
por si tu, regresabas.
Y pasó un año,
y pasaron dos,
y pasó una eternidad
hasta que un día... sin más,
volví a recordar
aquella carta que los dos
prometimos enviar.
Hoy mi sombra habla,
yo la miro sin rechistar.
El cartero no viene
pero sé que en tu alma
hay escrita una carta
que esconde mi felicidad.
COMUNERO