Pagina principale  |  Contatto  

Indirizzo e-mail

Password

Registrati ora!

Hai dimenticato la password?

ALLA VAMOS PAMELI
 
Novità
  Partecipa ora
  Bacheche di messaggi 
  Galleria di immagini 
 File e documenti 
 Sondaggi e test 
  Lista dei Partecipanti
 * * * * ♥ * * * * 
 General 
 ADMINISTRACION DEL GRUPO 
 ♥ Mensajes Diarios ♥ 
 * * * * ♥ * * * * 
 Las Promesas de Dios 
 LA PROMESA DE HOY 
 LA BIBLIA 
 * * * * ♥ * * * * 
 SHOLE..."LLamada para bendecirte" 
 Fondos / Sra SARA... 
 Yoly / DETALLITOS CRISTIANOS 
 * * * * ♥ * * * * 
 
 
  Strumenti
 
DEVOCIONA: MARIA LA SANGUINARIA...
Scegli un’altra bacheca
Argomento precedente  Argomento successivo
Rispondi  Messaggio 1 di 1 di questo argomento 
Da: La Morocha arg4  (Messaggio originale) Inviato: 29/06/2011 21:28

¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que él no mandó?
Lamentaciones de Jeremías 3:37.

Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy,
pues todas ellas te sirven.

Salmo 119:91.





María la Sanguinaria
para  ESCUCHAR ...haga clic aquí...

        María Tudor (1516-1558), reina de Inglaterra y apodada «la Sanguinaria», perseguía a los cristianos que seguían la reforma protestante. Después de un muy somero juicio, los mandaba sistemáticamente a la hoguera. Uno de ellos, Bernard Gilpin, un conocido predicador fue convocado para comparecer ante ese tribunal implacable.

       Pero en su camino hasta Londres se cayó y se fracturó una pierna, así estuvo obligado a detenerse por un tiempo. El oficial que lo acompañaba le recordó con ironía algo que Gilpin repetía a menudo: –Nada ocurre sin que el Señor lo haya mandado; y “todas las cosas les ayudan a bien… a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28). Entonces le preguntó si seguía pensando así. Gilpin respondió suavemente que no dudaba de ello. Y tenía razón, porque antes de que fuese capaz de seguir el camino, María la Sanguinaria falleció. Bernard Gilpin pudo volver a casa, acogido por la multitud que agradecía a Dios por tal liberación.

       “Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece.” (Salmo 57:2). “Tú, Señor, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé al Señor, y él me respondió desde su monte santo.” (Salmo 3:3-4)



Primo  Precedente  Senza risposta  Successivo   Ultimo  

 
©2024 - Gabitos - Tutti i diritti riservati