In English | No importa en qué lugar del país viva usted, el jardín de otoño tiene sus exigencias. Cuando no hay que levantar hojas caídas, hay que limpiar los cercos vivos que son perennes. Cuando no se tiene que cortar el césped una última vez, hay que echar mantillo.

La lista de las tareas de otoño puede acabar siendo larguísima, pero los jardineros experimentados saben cómo realizar el mantenimiento en otoño con un mínimo de complicaciones y con una retribución extra reduciendo la lista de cosas “para hacer” en la primavera.

“El otoño es buen momento para mirar en detalle su jardín a fin de facilitarse la vida la próxima primavera”, explica Sydney Eddison, de Newtown, Connecticut, autora de Gardening for a Lifetime: How to Garden Wiser as You Grow Older (Jardinería para toda una vida: cómo ser más sabio con el paso de los años). “Empiece con su cerco vivo que es perenne”, sugiere. “Recórralo y observe aquellas plantas que más problemas le traen”, indica. “Deshágase de aquellas que más trabajo le han dado mantener” (“Las plantas sanas que no desea conservar pueden donarse a asociaciones civiles, albergues o, incluso, clubes de jardinería”, dice Eddison).

Cuando usted sepa qué plantas de su cerco vivo quiere conservar, será momento de “cortar y tirar”: corte la planta —tanto como sea saludable— hasta unos pocos centímetros del suelo, pique los trozos y deje que caigan. Actuarán como una capa de abono orgánico. Los trabajos de limpieza incluyen la poda de arbustos, excepto los que florecen en primavera, como las forsitias y las lilas. Forme una pila de maleza, si es posible en el fondo del jardín donde no moleste a la vista. Cuando pode, coloque una lona grande a su lado y arroje los residuos ahí. Una vez que termine, simplemente puede recoger las esquinas y arrastrar la lona hasta la pila de malezas, o bien puede atar las ramas y llevarlas hasta la calle, en caso de que retiren ramas en otoño.

“Una vez que haya limpiado los canteros, cúbralos para el invierno esparciendo una capa de mantillo”, dice Margie Grace, ganadora de un premio como paisajista en Santa Bárbara, California. Pero no es necesario que compre mantillo en bolsa. “Simplemente, rastrille o sople las hojas sobre sus canteros y deje que actúen como una manta protectora de sus plantas durante el invierno”, indica. “Además, al descomponerse, agregarán valiosos nutrientes esenciales para la salud de su suelo”.

Hablando de hojas. No es necesario que levante hasta la última hoja, pero sí debe juntar lo suficiente como para que el césped pueda respirar durante el invierno. Para facilitar un poco su trabajo, una vez rastrilladas las hojas en pilas, intente recogerlas usando dos tapas de cubos de basura como un par de platillos. Si tiene problemas de espalda, dos raquetas de tenis funcionan igual.

Si bien hay que cortar el césped con menor frecuencia, el otoño es buen momento para ver dónde podría achicarse la superficie de césped. “Tener un sector con césped más pequeño en primavera es un regalo para cualquier jardinero”, afirma J. Mark White, miembro de ASLA (la Sociedad Estadounidense de Arquitectos del Paisaje), presidente de GardenWise, Inc., con sede en Arlington, Virginia. Él aconseja que se reduzca el área de césped a la mitad con cubiertas vegetales o pasto perenne. Plantar una cubierta vegetal del tipo de la pachysandra puede tomar un largo tiempo, y al principio, por lo menos, hay que regarla, pero recibirá su recompensa el próximo verano, cuando haya menos césped que cortar.

“En nuestra actividad, hay un dicho: “¡El otoño es para plantar!” Es el momento de poner plantas para que puedan echar raíces sólidas”, afirma Margie Grace. Cuando elija plantas perennes, piense en reducir el trabajo a largo plazo y elija aquellas que no necesiten división, corte de flores marchitas o riego frecuente, y que por regla general no tengan que ser atadas a una guía. Entre las plantas perennes que requieren bajo mantenimiento se encuentran las siguientes: aquilea, salvia rusa, equinacias, hosta, peonía y sedum. Los arbustos integran una buena alternativa para llenar espacio en un jardín perenne sin exigir cuidado excesivo. Pruebe con inkberry, forsitia, viburnum, budelia y hamamelis.

Plantar bulbos es casi sinónimo de trabajo de jardinería de otoño. Pero no se entusiasme más de la cuenta. Cuente los bulbos en cada paquete para saber a qué deberá enfrentarse. “Si tiene muchos bulbos para plantar, no los plante de a uno”, dice Don Engebretson, el “Renegade Gardener” (jardinero renegado). Cave una zanja amplia hasta la profundidad justa, ubique los bulbos en toda el área y vuelva a rellenarla. “Es más fácil para la espalda y las manos”, agrega, “y de todos modos se logra una hermosa franja de color durante la primavera”.