TU ESCLAVO

Desde mis aposentos te escribo

mi señora y dueña de mis sueños,

amante de mis noche y de días eternos.

Esclavo de tus deseos me siento,

rey moro con sangre ardiente,

mis labios queman y en mi te engrandeces.

Llévame contigo en tus cruzadas siempre.

Extraño tus palabras cuando no estás

me hacen falta tus caricias para amar.

Atrapo mis miedos con sensualidad.

Divisaré en la lejanía tu regreso con ansiedad.

Aligera las horas para encontrar en mi,

a la mujer de sueños eternos y reales

átame, con cadenas a ti fuertemente,

no me dejes en medio de mis soledades.

Regresa de tus guerras amor mío amado,