No sé si estaba muerto, pero en ti he renacido, o si, estando dormido, me despertó tu voz; me asediaba el invierno, y a mi cuerpo aterido se ciñó el tuyo cálido, dentro de tu albornoz.
Fuiste mágica mano dando vuelta a mi vida, detrás de mí la noche, y el día frente a mí; de cuanto te precede la memoria se olvida, no de quien soy contigo, sólo de lo que fui.
Brevería Nº 1802
2972 - Ay, mujer Ay, mujer, de recónditos senderos que sólo tú conoces, torbellino de ansias voraces, exquisito vino en cáliz de oro, y alma de boleros.
Ábreme los secretos derroteros conducentes a tu íntimo destino, que vengo fatigado, peregrino de cien itinerarios forasteros.
Traigo la piel sangrante, a dentelladas de fauces ambiciosas, en jornadas ya dignas del lamento o del olvido.
Quiero adosarme a ti, mano de seda, cuerpo otoñal el mío, que se hospeda en tu propia figura, malherido. Los Angeles, 20 de abril de 2012
Te amo, como dos palabras que forman una sonrisa en tus labios, como dos cielos llenos de colores reflejados en tus ojos, como dos palabras infinitas que no deben dejar de sentirse. . COLINA