Sin razón me quedo al recordar aquellos actos que nos condujeron al fracaso, fruto de la impulsividad y de la pasión. En más de una ocasión rozamos el límite de la locura, siempre oculta bajo una capa de falso amor. Enfermedad y mala elección, rocé el borde del abismo en un camino de no-ilusión. Respirando por ti terminé ahogándome en mi propia ficción. El inconsciente, mi salvación. Aquel espejismo se desvaneció y emergió el vacío que imperaba entre los dos.