Sin principios, al sol que más calienta, desertas cualesquiera convicciones que aparentas tener, y aun emociones. El arte de fingir es tu herramienta.
Te he visto en ambos campos, siempre en venta; son los treinta denarios las razones que al fondo de abandonos y traiciones tu cobarde dialéctica se inventa.
Tu vida es carnaval, y la careta se te ajusta muy bien a la chaqueta, ambas, a cualquier precio, canjeables.
Hombre sin fe, ni patria, ni futuro, todo es críptico en ti, falaz, impuro, en alma y en cerebro deleznables. Los Angeles, 15 de noviembre de 2013