UN MENSAJE AL CORAZON (1)
Una mañana, una mujer bien vestida se paró frente a un hombre desamparado, quien lentamente levantó la vista...
y miró claramente a la mujer que parecía acostumbrada a
las cosas buenas de la vida. Su abrigo era nuevo. Parecía que nunca se había perdido de una comida en su vida.
El primer pensamiento del indigente fue: "Sólo se quiere burlar de mi, como tantos otros lo han hecho...
"¡Por favor, déjeme en paz!", gruñó el desamparado.
Para su sorpresa, la mujer siguió frente a é. Ella sonreía,
sus dientes blancos mostraban destellos deslumbrantes.
"¿Tienes hambre?", preguntó ella.
"No", contestó sarcásticamente, "acabo de llegar de cenar con el presidente...Ahora vete". La sonrisa de la
mujer se hizo aún más grande.
De pronto, el hombre sintió una mno suave bajo el brazo. "¿Qué hace usted, señora?", preguntó el hombre enojado. "Le digo que me deje en paz".
Justo en ese momento, un policía se acercó. "¿Hay algún problema, señora?", le preguntó el oficial.
"No hay problema aquí, oficial -contestó la mujer-, sólo
estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie,
¿me ayudaría?
El oficial se rascó la cabeza. "Si, el viejo Juan ha sido
un estorbo por aquí en los últimos años.
¿Qué quiere usted con él?"
"¿Ve la cafetería de allí", preguntó ella. "Voy a darle algo
de comer y sacarlo del frío un ratito".
"¿Está loca, señora?", el pobre desamparado se resistió.
"¡Yo no quiero ir ahí". Entonces sintió dos fuertes manos
que lo agarraron de los brazos y lo levantaron. "Déjame
ir, oficial, yo no hice nada...".
"Vamos viejo, esta es una buena oportunidad para ti", le
susurró el oficial al oído".
Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el agente
de policía llevaron la viejo Juan a la cafetería y lo sentaron en una mesa ubicada en un rincón. Era casi
mediodía, la mayoría de la gente ya había almorzado y
el grupo para la comida aún no había llegado...
El gerente de la cafetería se acercó y les preguntó:
"¿Qué pasa aquí, oficial?", "¿qué es todo esto?, ¿y este
hombre está en problemas?"
"Esta señora lo trajo aquí para que coma algo", respondió el policía.
"¡Oh no, aquí no!", respondió el gerente airadamente.
"¡Tener una persona como este aquí es malo para mi
negocio!".
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V