La amabilidad es un don del que se sienten orgullosos todos los isleños. En la ciudad, industriosa y comercial, en el pequeño pueblo de casitas blancas con balconadas de madera, en el cosmopolita centro turístico o en la aldea encaramada en la empinada ladera de cualquier montaña, el viajero que se acerca Tenerife puede estar seguro de hallar dos cosas en común: la cordialidad y la simpatía de sus gentes. Es el tenerifeño amante de sus tradiciones, desde el mantenimiento de unas típicas arquitecturas de patios y balcones de tea y cal, hasta la conservación de los usos artesanales de sus antepasados. La cerámica bellísima y original, ignora el torno, como lo ignoraban los primitivos habitantes de la isla, y la filigrana de arte y paciencia del calado es un blanco saludo de bienvenida, surgido de la magia de los pacientes y ágiles dedos de la mujer de esta tierra. Festivo y expansivo, la música – guitarra y timple no pueden faltar en ninguna celebración. El folklore, cadencioso en las folias y malagueñas, alegre o alborotado, en las islas, tanganillas y saltonas, mirada a la perfección las influencias españolas, americanas y prehispánicas de las que se nutre. Un folklore que alcanza su más espectacular expresión en las romerías, fiesta a la vez paganas y religiosas, en las que destaca el color de los típicos atuendos y el derroche de alegría popular. Aunque hay muchas romerías, las más famosas y concurridas son las de San Isidro, en la Orotava, San Benito, la Laguna y San Roque, en Garachico. Historia, mitos y leyendas La última erupción del volcán de Tenerife, ha sido sin lugar a dudas ha sido uno de los acontecimientos mas memorables de este siglo ocurrido en el municipio de Santiago del Teide. Por los testimonios tanto de tradición oral como escritos, el hecho que no pasó de ser un fenómeno natural frecuente en canarias, y no de los más espectaculares, fue para los vecinos de los pueblos cercanos motivo de honda impresión cuya huella perdura hasta hoy envuelta en leyenda y tradición. Es realmente milagroso el hecho de que el pueblo, con toda su fé, después de ver como la montaña del Chinyero arrojase terribles llamas juntamente con la lava que ésta derramaba, sacaron al señor crucificado y a la virgen, y lo llevasen hasta el volcán. Seguidamente e inexplicablemente, sucedió lo inesperado. La lava que con toda su fuerza se impulsaba derrumbando así todo lo que se llevaba por delante, dejó de fluir. Desde entonces los pueblos de Tenerife, se reúnen el día en el que ocurrió dicho acontecimiento, para así celebrar el milagro ocurrido que salvó a muchas personas y dio así a entender, que los milagros existen. Bibliografía y/o fuentes de información Nuestra principal fuente bibliográfica fue el Internet, pero nuestra investigación no hubiera tenido tanto éxito si no nos hubiéramos puesto en contacto con el Sr. Santiago Cabrero, promotor turístico de Islas Canarias quien nos proporcionó algunas direcciones que nos sirvieron de enlaces para nuestra investigación.